Un homenaje a dos glorias de Independiente
Una de cal y una de arena pusieron en Independiente. Este miércoles se llevó a cabo un gran homenaje a dos glorias del club como Enzo Trossero y Hugo Villaverde, este último fallecido en 2024. Fue una jornada de pura emoción y reconocimiento ya que a partir de ahora las gargantas 1 y 2 del estadio del Rojo llevarán sus nombres, respectivamente. Sin embargo, el punto negro del acto fue un insólito error que rozó el papelón: en la placa figura mal el segundo nombre de Villaverde, que se llama Hugo Eduardo y no Hugo Gerardo como colocaron en el grabado colocado en el sector en cuestión.
Un merecido reconocimiento
La excusa era la presentación del libro que cuenta la vida de Trossero titulado «Vikingo». En pleno campo de juego del Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini se instaló una especie de living para agasajar al histórico marcador central.
Emotividad y anécdotas
Con la presencia del presidente Néstor Grindetti y otros directivos, hubo charlas, risas cómplices con exjugadores de la institución de Avellaneda y anécdotas varias de las épocas doradas que hicieron del Diablo el verdadero Rey de Copas.
Momentos memorables
Hubo varios momentos emotivos, como cuando un simpatizante y su hijo le obsequiaron a Trossero una camiseta que usó el ex zaguero con la ‘6’ en el dorso. Las lágrimas del Vikingo brotaron para regaron sus mejillas y emocionar a todos los presentes.
Repercusiones en las redes sociales
Las repercusiones explotaron rápidamente en las redes sociales. Llovieron las críticas de muchos fanáticos indignados, absortos de incredulidad ante semejante falla cometida.
Errores que no pasan desapercibidos
La muy buena intención del club está fuera de toda discusión, pero no puede dejarse pasar por alto que nadie se haya percatado de la pifia que quedó perpetuada en dicha plaqueta, que seguramente será reemplazada a la brevedad por otra correctamente redactada.
Y luego, la gran sorpresa: la dirigencia hizo oficial el nombramiento de dos de las cuatro gargantas de la cancha: una se llamará Enzo Trossero y otra, Hugo Villaverde, integrantes de una de las zagas defensivas más recordadas de Independiente que durante mucho tiempo llenó la vitrina con Copas como la Libertadores y la Intercontinental de 1984. Un acierto total celebrado por todos los hinchas rojos.
Pero hubo un detalle para nada menor que los más críticos no dejaron pasar por alto. En el video institucional publicado en las redes de Independiente se puede apreciar que está mal el segundo nombre de Villaverde, que es Eduardo, aunque le pusieron Gerardo.
La excusa era la presentación del libro que cuenta la vida de Trossero titulado «Vikingo». En pleno campo de juego del Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini se instaló una especie de living para agasajar al histórico marcador central.
Con la presencia del presidente Néstor Grindetti y otros directivos, hubo charlas, risas cómplices con exjugadores de la institución de Avellaneda y anécdotas varias de las épocas doradas que hicieron del Diablo el verdadero Rey de Copas.
Hubo varios momentos emotivos, como cuando un simpatizante y su hijo le obsequiaron a Trossero una camiseta que usó el ex zaguero con la ‘6’ en el dorso. Las lágrimas del Vikingo brotaron para regaron sus mejillas y emocionar a todos los presentes.
Las repercusiones explotaron rápidamente en las redes sociales. Llovieron las críticas de muchos fanáticos indignados, absortos de incredulidad ante semejante falla cometida.
La muy buena intención del club está fuera de toda discusión, pero no puede dejarse pasar por alto que nadie se haya percatado de la pifia que quedó perpetuada en dicha plaqueta, que seguramente será reemplazada a la brevedad por otra correctamente redactada.
Conclusión
El homenaje a Enzo Trossero y Hugo Villaverde en Independiente fue un evento cargado de emociones y reconocimientos merecidos. A pesar de un error en la placa con el nombre de Villaverde, la jornada dejó en claro la importancia y el cariño que la hinchada y la institución tienen por sus ídolos. Sin duda, este acto quedará marcado en la historia del club como un gesto de gratitud hacia dos grandes figuras que hicieron historia en Independiente.
