Los abonos gratuitos para viajar en tren por España no terminarán el 31 de diciembre, sino que se extenderán a lo largo de 2023. Así lo ha anunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien ha asegurado que su gabinete transferirá hasta 700 millones de euros a Renfe en los próximos presupuestos generales del Estado para financiar abonos gratuitos.
Una medida que parece haber llegado para quedarse, la propia ministra no se cerró a apostar por hacerla permanente. “Vamos a convertir esta política en estructural y veremos los resultados concretos del transporte público para reducir el CO2. Es una política prioritaria en los próximos años”, señaló.
Aunque solo lleva un mes en vigor, el balance del Ejecutivo es muy positivo. No solo ha conseguido reducir la inflación, sino que también ha cambiado la forma en la que viajan los 1,5 millones de ciudadanos que han solicitado abonos gratuitos.
Los viajes de cercanías han crecido un 24% en el mes de septiembre respecto al mismo mes del año anterior. También se ha incrementado el uso de trenes de media distancia, más concretamente un 40% durante el mismo periodo.
Cierto es que la empresa Renfe tuvo que cambiar su política de reservas para evitar los “viajes fantasma”. Algunos viajeros hacían varias reservas para el mismo día oa lo largo de la semana para asegurarse un lugar y luego tomar el tren que más les convenía.
Esto provocó que los trenes estuvieran llenos hasta diez días antes de su salida, a pesar de que partían medio vacíos después.
En cuanto al impacto sobre el medio ambiente, la ministra de Transportes ha señalado que estas ayudas han hecho posible que un número considerable de ciudadanos abandone el coche y opte por el tren a la hora de desplazarse.
Y arrojaba nuevos datos, si todos esos viajes se hubieran hecho en coche, se habrían gastado 118 millones de litros de gasolina y se habrían emitido a la atmósfera hasta 360.000 toneladas de dióxido de carbono.
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