Armado hasta los dientes. Muchos de los hogares de Estados Unidos son un arsenal.
Cuando hay analistas que advierten sobre una posible guerra civil -sobre todo desde la radicalización del trumpismo con su desprecio por la democracia y el llamamiento a la violencia–, ese es un hecho que tienen presente.
Se estima que hay 400 millones de armas de fuego en el país, lo que aumenta el riesgo de enfrentamiento
Se estima que hay alrededor de 400 millones de armas en los Estados Unidos. Y el país está en medio de una expansión de esta producción. Según la Oficina de Tabaco, Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos, los fabricantes fabricaron 11,3 millones en 2020, un 187% más que los 3,9 millones de 2000.
El fin de la prohibición de las armas de asalto en 2004 es uno de los factores influyentes. El popular rifle semiautomático AR-15 está presente en la mayoría de los asesinatos, como el ocurrido en Buffalo el sábado.
En ese informe, además, se comprueba que la policía recuperó 19.344 armas de fabricación casera, las llamadas pistolas fantasma, cuyo rastro es imposible de seguir.
Los compradores tienen a su favor que la Corte Suprema, controlada por jueces conservadores, relaja las restricciones, mientras que los republicanos en el Congreso y en los estados que controlan impiden cualquier regulación de control de la venta.
Esta situación conduce a la pereza. El pistolero de Buffalo, Payton Gendron, pudo comprar un AR-15 cuando las alarmas deberían haber sonado.
Habiendo pasado una revisión psiquiátrica en junio de 2021, tras amenazar con una masacre suicida en su instituto, fue sancionado. Pero no pasó nada, nadie lo detectó.