La amenaza de Donald Trump a Groenlandia: un cambio de aliados
Los dirigentes europeos dudaban hace un año si en la Casa Blanca tendrían todavía un aliado. Hoy constatan que tienen un enemigo, que Estados Unidos ha roto una relación de casi un siglo. El presidente estadounidense Donald Trump dijo el lunes: “Necesitamos Groenlandia por razones de seguridad nacional, no por sus minerales”. El Gobierno danés acusó el pasado agosto a Estados Unidos de enviar agentes encubiertos a la isla para fomentar el sentimiento de separatismo.
La estrategia de Trump y la reacción europea
El nombramiento por parte de Donald Trump de un representante especial para trabajar en la anexión a Estados Unidos de Groenlandia, después de meses de idas y venidas sobre el tema, hizo que desde la noche del lunes los europeos empezaran a tomarse la amenaza en serio. Trump argumentó que necesitaba hacerse con Groenlandia porque podía ver barcos chinos y rusos desde la costa de la isla. La respuesta de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, fue tajante: “No puedes anexionarte otro país. Ni siquiera con el argumento de la seguridad internacional”.
Estados Unidos no tiene ningún derecho sobre Groenlandia. La isla ha sido de soberanía danesa desde 1380 y ningún otro país ha hecho desde entonces reclamaciones sobre ese territorio. Groenlandia no es una amenaza de ninguna clase para Estados Unidos. Su población es de unas pocas decenas de miles de personas, no tiene Fuerzas Armadas, no tiene ningún tipo de establecimiento militar, empresarial o diplomático de Rusia o de China.
La importancia estratégica de Groenlandia
En Groenlandia Estados Unidos tiene una base esencial en la región para detectar lanzamientos de misiles y activar su defensa antimisiles. Dinamarca ha permitido esa base desde la Segunda Guerra Mundial y nunca ha puesto en duda su permanencia. Estados Unidos mira a Groenlandia con apetito porque quien controle esa isla, la segunda mayor del planeta, controlará buena parte de las rutas del Ártico e ingentes reservas de hidrocarburos, minerales y tierras raras.
Reacción europea y posibles escenarios
Europa empieza a reaccionar. El presidente francés Emmanuel Macron viajó a Nuuk, la capital de la isla, para reafirmar el apoyo de Francia a la soberanía de Dinamarca y Groenlandia. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, expresó su solidaridad con Dinamarca y el pueblo de Groenlandia. Los diplomáticos llevan meses intentando diseñar una estrategia para reaccionar si Estados Unidos intenta tomar por la fuerza Groenlandia.
Los expertos consideran que Estados Unidos podría tomar la isla sin resistencia de ningún tipo. La única opción real estudiada sería establecer presencia militar considerable previa a cualquier movimiento estadounidense, lo cual implicaría un despliegue de buques militares y bases europeas permanentes en Groenlandia. Sin embargo, este escenario parece actualmente improbable.
Conclusiones
En resumen, la amenaza de Donald Trump sobre Groenlandia ha desencadenado una serie de reacciones por parte de los líderes europeos, quienes han manifestado su apoyo a la soberanía de Dinamarca y Groenlandia. La posibilidad de una anexión por parte de Estados Unidos ha generado preocupación y ha llevado a la discusión de posibles estrategias de defensa por parte de Europa. La situación actual plantea un escenario incierto en el que la geopolítica del Ártico se ve envuelta en una nueva tensión internacional.






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