La «agenda verde» en el Supremo Tribunal Federal, un conjunto de siete acciones sobre el bombardeo de Jair Bolsonaro contra el medio ambiente, ya lleva cuatro sesiones del STF. Destacó en la cháchara la mentira del Procurador General de la República, Augusto Aras, el jueves (7), sobre las ONG en Brasil.
La familia del presidente y seguidores fanáticos propagan que las organizaciones no gubernamentales ambientalistas defienden intereses internacionales en la Amazonía, una vieja idea fija de milicos. En ese delirio de cuartel, serían la quinta columna activa para entregar el oro y el niobio de tierras indígenas a extranjeros.
Nada es más predecible, entonces, que mentir para exagerar la cantidad de enemigos en la jungla. Aras lo hizo, en presencia de los ministros, utilizando una supuesta «encuesta realizada por la prensa y organismos oficiales».
“Es importante señalar que hay que tener ciertas precauciones, no en particular con los ‘amici curiae’ que vienen a esta casa en representación de ONG ecologistas, pero conviene recordar que hace cinco años […] había 3.300 ONG en este país, 3.000 en la Amazonía y 300 en el resto de Brasil”, agregó el titular del Ministerio Público Federal.
Se lo dejo a mi colega Sérgio Rodrigues para comentar sobre el «despiciendo», aunque no quiera gastar velas en un mal cadáver. Esta columna trata sobre la ciencia y el medio ambiente, y en ambos asuntos la precisión y la fuente de los números son cruciales.
No en apoyo de la PGR, sin embargo. Para halagar a Bolsonaro, el fiscal rechazó las siete demandas, incluida una presentada por su propia institución. Aras no precisó el origen exacto de los datos utilizados para justificar la falta de una obligación constitucional de mantener a las ONG en el Fondo Nacional del Medio Ambiente.
Los argumentos jurídicos que antecedieron a la información fraudulenta («fake news», en la neolengua de las redes sociales) son incluso de peso. El apéndice ideológico y apócrifo, sin embargo, no se sostiene.
Una búsqueda en la red con las cifras mencionadas arrojó el posible origen de la falsedad, aunque en números discrepantes. Tomando las molestias de Bolsonaro en una pelea con Emmanuel Macron, presidente de Francia, el embajador en ese país, Luís Fernando Serra, había salido con esta en 2019:
“Puedes sospechar que tiene una agenda oculta cuando ves 300 ONG en la Amazonía y cero en el Nordeste. ¿Por qué 55 millones de personas del Nordeste no merecen una ONG y los 25 millones que viven en la Amazonía merecen 300? «
La ligereza que une a los dirigentes de Itamaraty y del parqué (MPF) se desenmascara al buscar en internet los organismos oficiales a los que Aras aludió sin consultar. Pronto se encontrarán dos encuestas sobre ONG, del IBGE y del Ipea; aunque con datos incongruentes, ninguno de ellos confirma la invención del fiscal.
El IBGE registró en la encuesta «Fundaciones Privadas y Asociaciones sin Fines de Lucro en Brasil», de 2016, un total de 236.950 de estas entidades. En este amplio concepto de ONG, sólo había 1.689 dedicadas al medio ambiente (0,7%) y 83.053 a la religión (35,1%), la campeona.
La distribución nacional tampoco tiene nada que ver con la fabulación de Serra e Aras: el 3,9% está en la región Norte, contra el 18,8% en el Nordeste.
En 2020, el Ipea contabilizó 781.921 entidades en su “Mapa de Organizaciones de la Sociedad Civil”, a partir de la noción aún más amplia de OSC. En este caso, hay 58.878 en el Norte (7,5%) y 201.336 en el Nordeste (25,7%).
De un abogado general como Bruno Bianco sólo se espera que tenga una sarta de falsedades para defender al presidente y su política de devastación (no a la Unión saqueada en patrimonio natural). Se desearía más independencia institucional de un fiscal general, pero no de Aras, quien parece dispuesto a hacer cualquier cosa por un puesto en el STF.
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Noticia de Brasil
Fuente: uol.com.br