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Fallece Pedro Solbes, exvicepresidente económico y artífice de la transición al euro, a los 80 años

Pedro Solbes, vicepresidente del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y comisario europeo de Economía, ha fallecido hoy a los 80 años, según fuentes próximas a él y al PSOE, formación en la que desarrolló una dilatada carrera política. Compañeros de partido y amigos lo recuerdan hoy, sobre todo, como una buena persona y un hombre tranquilo que tuvo que afrontar algunos de los momentos más convulsos de la historia económica reciente de España y de la Unión Europea.

Nacido en Pinoso (Alicante) en 1942, casado y padre de tres hijos, la trayectoria de Solbes estuvo siempre ligada a la construcción europea. Doctora en Ciencias Políticas y licenciada en Derecho, Solbes también se licenció en Economía Europea por el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas. Su carrera en la administración comenzó como técnico comercial del Estado. Entre 1968 y 1973 ocupó los cargos de subdelegado y delegado autonómico de Comercio en Valencia. Regresó a Bruselas para trabajar como asesor comercial de la Misión Española ante las Comunidades Europeas hasta 1978, en Bruselas y, tras su regreso, fue asesor de Relaciones Comunitarias durante el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo.

Aunque tenía fama de riguroso, sorprendió que en 1999 un español ocupara la cartera de Economía en la CE

En 1982, como secretario general técnico del Ministerio de Economía y Hacienda, formó parte del equipo negociador para la adhesión de España a la Comunidad Europea, y de allí pasó a la Secretaría de Estado para las Comunidades Europeas.

Entre 1985 y 1991 fue Secretario de Estado para las Comunidades Europeas con los Gobiernos de Felipe González, con quien también ocupó las carteras de Agricultura (1991-1993) y Economía (1993-1996). En 1996, tras ser elegido diputado por la lista socialista de Alicante, fue nombrado presidente de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE. Por aquellos años, antes de que entrara en vigor el Tratado de Niza, los países más grandes de la UE tenían derecho a dos comisarios y en 1999, al mismo tiempo que Loyola de Palacio (PP), Solbes fue nombrada jefa de la cartera de Economía en el colegio. de comisarios dirigida por Romano Prodi.

Aunque tenía fama de riguroso por su trabajo en la última etapa como ministro de Economía con González, cuando España consiguió estar entre los primeros países autorizados para adoptar el euro, la cesión de esta cartera a un español causó sorpresa en un momento cuando se había acuñado el despectivo término Club Med, precursor de los PIGS, para referirse a los países del sur que debían permanecer un tiempo fuera de la unión monetaria”, recuerda el periodista Bernardo de Miguel en el libro ‘¿Qué está pasando?’.

A pesar de su complejidad, la operación de transición al euro físico fue un éxito

Desde Bruselas, con su eterno aire de sabiduría y su carácter sumamente afable, Solbes capitaneó la recta final de la transición al euro, el adiós a las monedas y billetes de peseta y otras monedas centenarias. Semanas antes del hito, el 1 de enero de 2002, durante la cumbre de Laeken, el comisario mostró emocionado a los corresponsales europeos los primeros billetes en euros junto a su portavoz y fiel escudero, el griego Gerassimos Thomas, quien bromeó diciendo que los había obtenido gracias a contrabandistas del Pireo. .

Aunque fue un gran desafío logístico, la operación fue un éxito. Todo salió bien. Los europeos resultaron ser menos nostálgicos de lo esperado y mucho antes de que finalizara el período de transición en el que las monedas nacionales y europeas pudieran convivir, ya habían dejado atrás las pesetas, liras y francos en favor del euro. «Fue un gran hombre, y muy amable, un gran comisario que contribuyó a la construcción de la unión económica y monetaria» y las bases de la política presupuestaria europea, recuerda en conversación con la vanguardia Gerásimos Thomas, que trabajó con él en 1993 durante la presidencia española de la UE cuando se cerró el acuerdo final para la adopción del euro y convenció al Reino Unido para que lo firmara. “Más allá de su aportación a Europa, fue un gran reformador en España”.

Resultó que la fama de ortodoxo que precedía a Solbes cuando llegó a Bruselas estaba bien merecida: su negativa a flexibilizar la aplicación del pacto de estabilidad en 2003 porque, lamentablemente, era Alemania la que registraba un déficit público superior al sacrosanto -y arbitraria- la cifra del 3% lo enfrentó al Gobierno de Alemania. El comisario español se negó a acomodarlo a las necesidades de los grandes y defendió con uñas y dientes la aplicación rigurosa de este instrumento. Berlín y París se salieron con la suya: el Ecofin cedió a sus deseos y suspendió la aplicación del pacto en un ambiente de desprecio por las recetas presupuestarias de Bruselas. A pesar de que poco después se acordó una versión suavizada del pacto, la señal política que quedó fue que la disciplina presupuestaria era un concepto muy relativo, fuente de muchos problemas posteriores para el euro.

Regresó a España en 2004 con la economía en su apogeo, pero la situación pronto se deterioró.

En 2004, con la vuelta del PSOE al poder, a pocos meses de finalizar su mandato europeo, Rodríguez Zapatero lo reclamó en Madrid y Solbes repitió como ministro de Economía, pero con rango de vicepresidente. Llegó a España con la economía en su mejor momento, pero el estallido de la burbuja inmobiliaria no tardó en empañar el panorama en el peor momento posible. En 2008, la crisis financiera internacional en 2008 asestó un golpe a la economía mundial que al principio no solo fue difícil de medir sino también difícil de comunicar. Tras haber sido un referente económico del Gobierno de Zapatero, su percepción de la crisis no era la misma que la del presidente y en su segunda legislatura le sucedió Elena Salgado. En septiembre de 2009 dimitió del acta de diputado, como hicieran en las mismas fechas exministros como Jordi Sevilla, y se despidió para siempre de las responsabilidades públicas y de la política.

Se da la circunstancia de que la salida de Solbes hizo correr la lista del PSOE al Congreso, lo que permitió la entrada de un joven diputado llamado Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno. «Hoy es un día triste para la familia socialista», ha lamentado Sánchez tras conocer el fallecimiento de Solbes, a quien ha definido como «un estadista entregado al servicio de su patria y a la defensa de los valores socialdemócratas» así como «un ejemplo de compromiso con España y el proyecto europeo». La noticia del fallecimiento del político alicantino se ha conocido en plena reunión del Comité Federal del PSOE y Sánchez ha aprovechado para recordar su figura. Zapatero, por su parte, lamentó la pérdida en un comunicado en el que afirmó que Solbes «tenía las mejores cualidades que se pueden atribuir a un servidor público: seriedad, rigor, fiabilidad y honestidad».

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