Publicado:
11 de noviembre de 2022 00:35 GMT
El Ocean Viking atracará finalmente en un puerto militar francés, tras la negativa del Gobierno italiano a aceptarlo.
Las tensiones de larga data entre Francia e Italia han revivido en los últimos días, luego de que Roma se negara a permitir que el Ocean Viking, un barco que transportaba a 230 inmigrantes, atracara en sus puertos. rescatado hace unas tres semanas En el mediterráneo.
Entre los ocupantes del barco de bandera noruega operado por la ONG SOS Meditterranee, se encuentran 56 menores. Durante varios días permaneció mar adentro frente al puerto italiano de Catania, sin poder atracar debido a las restricciones impuestas por el reciente gobierno del ultraderechista Giorgia Meloni. Ante esta situación, el barco partió el miércoles de esas aguas y se dirigió a la isla francesa de Córcega, con la esperanza de que París le brindara un puerto seguro.
Este jueves, el Gobierno francés anunció que autorizaba «con carácter excepcional» el desembarco de pasajeros en el puerto militar de Toulon. «Su llegada está prevista para el viernes por la mañana», dijo el ministro del Interior, Gerald Darmanin, quien calificó el comportamiento de Roma de «incomprensible» y contrario al «derecho internacional». Precisó que parte de los inmigrantes indocumentados serán acogidos por Alemania, pero adelantó que «aquellos que no tienen derecho de permanencia o asilo en nuestro territorio se someterá a un procedimiento de expulsión sin demora”, recogen medios locales.
Asimismo, advirtió que «habrá consecuencias durísimas en la relación bilateral», así como en la de Italia con el resto de países de la Unión Europea. En concreto, París pretende reforzar los controles fronterizos y suspenderá, «con efecto inmediato», el acuerdo con Roma para distribuir a los migrantes rescatados del mar por barcos humanitarios. Este último supone que se anula la acogida de 3.500 refugiadoscomo estaba previsto, entre ahora y el próximo verano.
Por su parte, desde Roma calificaron de «incomprensible» la reacción de París, dado que «Italia ha acogido a 90.000 [inmigrantes] solo este año», y teniendo en cuenta «los constantes llamados a la solidaridad hacia estas personas». Lo ocurrido «demuestra cuán firme y decidida es la posición de otras naciones contra la inmigración ilegal», dijo el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, citado por la prensa local, agregando: «Lo que no entendemos es En qué se basa [la idea de que] Italia debe aceptar voluntariamente algo que otros no están dispuestos a aceptar«.
El gobierno de Giorgia Meloni, que lleva unos 20 días en el cargo, ha endurecido la política italiana con respecto a las organizaciones humanitarias dedicadas al tema de la inmigración. La semana pasada, Piantedosi y el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, firmaron un decreto según el cual sólo se permite el desembarco en su territorio de las personas más vulnerables o con problemas de salud.
Este fue el caso a principios de este mes, cuando a los inmigrantes más vulnerables se les permitió desembarcar inicialmente entre los 179 a bordo del Humanity 1 de bandera alemana y los 572 del Geo Barents de bandera noruega. Sin embargo, finalmente las autoridades cedieron y permitieron desembarcar a todos los rescatados.
Estas tensiones entre Francia e Italia han precedentes ya en junio de 2018, cuando Italia se negó a acoger el barco Aquarius, con más de 600 migrantes a bordo, en aplicación de las políticas del entonces ministro del Interior, el ultraderechista Salvini, actual viceprimer ministro y ministro de Infraestructuras. El barco, que tampoco fue aceptado por Francia ni Malta, acabó desembarcando a sus pasajeros en el puerto español de Valencia.
Fuente: RT.com
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