En conversación con Gestión.pe, Nelson Alvarado, gerente de la Fundación BBVA, comenta los ejes fundamentales en los que el sector público y privado debe mirar la educación.
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¿Cuál es la reflexión sobre el desarrollo de la educación en el país?
La reflexión más fresca que tenemos sobre este tema se dio a raíz de la pandemia, esto significó que, por ejemplo, los niños de la mayoría de las escuelas públicas y privadas del país no asisten a clases presenciales desde hace 2 años, por supuesto, ha generado una preocupación debido a que actualmente existe un retraso en las capacidades educativas de los niños, lo que nos lleva a redoblar esfuerzos y tratar de llevar a cabo un mayor número de iniciativas que permitan mejorar los niveles educativos.
A la ausencia en las aulas escolares se suma la falta de infraestructura, lo que también representa un problema en la educación, que se acentúa con las lluvias…
En los últimos años, los desastres naturales han causado estragos en muchas escuelas del norte, lo que se ve agravado por el hecho de que la infraestructura sigue estando muy rezagada.
En la Fundación BBVA lo vemos con preocupación, y sí, también queremos hacer un llamado a la empresa privada en general para que sigan invirtiendo en educación y la conviertan en el motor del país y de la sociedad. Si queremos tener un país más inclusivo, más desarrollado, más sostenible, es fundamental apostar por la educación.
¿Qué tan en serio está tomando el Estado arreglos rápidos o ajustes en las escuelas públicas?
Creemos que el Estado está haciendo lo que está a su alcance, pero lamentablemente la inestabilidad y la falta de planes a largo plazo están surtiendo efecto.
Creemos que, por ejemplo, los maestros hacen un trabajo fantástico en términos de escuelas públicas, pero se necesita más apoyo del estado y políticas educativas a largo plazo.
¿Crees que los directivos escolares están aportando soluciones?
Los directores de las escuelas, con buena voluntad, están tratando de solucionar los problemas como pueden, pero todavía hay muchas debilidades y es necesario tener una visión de futuro, apuntando a lograr logros de manera repentina, no inmediata, sino a largo plazo. rango y no es simplemente una forma de arreglar los problemas, sino que puede mejorar efectivamente la educación en el país.
¿Qué otros factores deben considerarse además de la infraestructura?
La educación es mucho más integral y algo que está relacionado es la alimentación. Trabajamos con muchas escuelas públicas a nivel nacional y, por ejemplo, la anemia es un problema muy grave para la educación. La anemia no permite que los niños, por muy dispuestos que estén, alcancen los hitos educativos que deben tener en cada edad.
¿Es importante la parte socioemocional?
La pandemia no solo impide que los niños vayan a la escuela o los desastres naturales, no solo deterioran la infraestructura, sino que también tienen un efecto en el aspecto psicológico de un niño. Es decir, que los niños puedan ir a la escuela asustados o temerosos, no les permite alcanzar las mejores condiciones para desenvolverse en el aula. Por supuesto que tener una buena infraestructura ayuda, motiva, permite espacios de recreación y esparcimiento, pero también es cierto que hay que prestar atención a los temas psicológicos y nutricionales. Estos puntos tienen un efecto muy claro en las habilidades de los alumnos para que puedan desarrollarse mejor.
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¿Cuál debe ser el papel activo que debe tener el sector privado en el eje educativo?
Un tema que se habla con frecuencia en el ámbito privado es que debemos unir esfuerzos, en el sentido de iniciativas que son todas muy buenas pero que a veces están desconectadas entre sí. Es decir, cada institución privada ayuda desde su propio programa en su línea de acción. Creo que lo importante sería ver que haya una coalición privada por la educación y que de hecho nos dediquemos a trabajar en algunas líneas de acción.
¿Cómo está desarrollando la fundación este rol?
Por nuestra parte, la Fundación tiene una clara relación con la lectura, con la comprensión lectora porque ese es uno de los puntos más débiles de la educación peruana. Por otro lado, creemos que la materia de matemáticas también debe recibir una atención especial y también permitir un desarrollo e impulso significativo.
¿Cuál debería ser el papel del sector privado en este impulso?
La empresa privada puede unirse en algún momento a la sociedad civil; Por ejemplo, UNICEF es muy activa en acciones relacionadas no solo con la educación, sino con todo lo que la rodea, como: salud, higiene y nutrición. Esa es una de las mayores reflexiones que también hacemos en la Fundación BBVA, es fortalecernos como empresa privada y tener un rumbo claro y abarcar más casos que haciendo esfuerzos aislados.
¿Qué metas cree que se deben alcanzar para mejorar la educación en el país en el corto plazo?
Tenemos que fijarnos metas y desafíos ambiciosos. Por el lado de la Fundación, está pudiendo sumar un 100% más de beneficiarios entre niños y docentes por año. A nivel nacional debemos tener un plan que efectivamente nos permita salir de esos últimos lugares de PISA e intente al menos avanzar un escalón cada año hasta llegar a un nivel que demuestre que se está haciendo algo por la educación y que estamos teniendo un impacto real, especialmente para nuestros estudiantes de escuelas públicas.
La Fundación BBVA cumple 50 años…
Este año, la Fundación BBVA celebra 50 años desde su creación y se ha centrado en impulsar la educación a través de sus diferentes programas como “leer es adelantarse”, «Érase una vez»becas universitarias y programas de sostenibilidad financiera.
El arte también tiene un papel importante…
Sí. Buscan difundir la cultura a través de su apoyo a obras de teatro, exposiciones de arte y sus tres casonas en Trujillo, Arequipa y Cuzco. Buscan preservar el patrimonio histórico del país mediante la difusión de diversas obras como la del poeta santiaguero César Vallejo, así como la del obispo Baltasar Jaime Martínez de Compañón, pinacoteca de Pedro Brescia Cafferata y Precolombino Arte.
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