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Fusión de noticias falsas y ciberataques – 19/09/2021 – Ronaldo Lemos / Brasil

El día 6 se dictó una medida provisional con el objetivo de limitar el poder de las grandes redes sociales a contenidos “moderados” (MP 1.068). Este diputado quería estandarizar los términos de servicio de estas redes, un estándar que es único por ley.

El resultado no podía ser diferente: tanto el Supremo como el Congreso rechazaron al MP en sincronía. El primero suspendió su efectividad. El segundo devolvió el MP. Ambos a través de decisiones fundamentadas de la ministra Rosa Weber y del presidente del Congreso, Rodrigo Pacheco.

Una regulación como esa nunca sería aceptable en un país como Estados Unidos. La primera enmienda a la Constitución de los Estados Unidos se aplica solo al gobierno. Tal propuesta sería vista como una afrenta al principio de libertad privada y económica y libre empresa (también presente en la Constitución brasileña).

Sin embargo, la discusión de este diputado no es más que distraccionismo. El objetivo del MP era diferente. Su texto quería transmitir el mensaje de que las noticias falsas son un problema de libertad individual. Su premisa sería que son personas (o “buenos ciudadanos”) que crean y difunden información falsa.

Nada más incorrecto. El tema de las fake news no es individual, sino industrial. Las noticias falsas son una industria rentable, bien organizada y bien financiada, con comando y control, empleados y proveedores de servicios de diversos tipos, incluidos redactores, programadores, agitadores y administradores de robots y redes de perfiles falsos. Hay personas que forman parte de esta industria por motivos políticos. Otros son parte de ella por dinero.

Tanto es así que el término «noticias falsas» es en sí mismo engañoso. La más correcta sería la «conducta no auténtica coordinada». Este término denota la característica de organización coordinada.

El MP que se intentó editar no tiene nada que ver con proteger a los “buenos ciudadanos”. Se trata de proteger estas redes coordinadas. Su objetivo era evitar que las redes sociales investigaran y derrocaran organizaciones industriales que producen noticias falsas.

Esto ya está sucediendo. La semana pasada, Facebook anunció que intensificará su lucha contra las redes coordinadas, analizando patrones y tácticas sofisticadas para difundir desinformación. Por ejemplo, también utilizará herramientas de investigación de ataques cibernéticos para mapear redes de noticias falsas.

Esto tiene mucho sentido. En los últimos años se ha producido una fusión entre el tema de las fake news y la ciberseguridad. Muchas redes políticas que difunden noticias falsas comenzaron a ver reducido su impacto. Tanto por las medidas tomadas por las redes sociales como por el Poder Judicial. Con eso, cambiaron su forma de actuar. También comenzaron a realizar ciberataques contra instituciones públicas, como una forma de dar seguimiento e incluso profundizar en sus objetivos de desestabilización.

Esta fusión de ciberataques y fake news tiene un nombre: Desinformación Adversarial, Tácticas y Técnicas de Influencia (Datti). Esto es lo que hay que luchar para proteger las democracias. Y eso es lo que MP 1068 (y cualquier texto similar) quería evitar.

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Noticia de Brasil
Fuente: uol.com.br

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