El fenómeno de los productos importados en el Gran Buenos Aires
Un dron a $ 60.000, una pava eléctrica de acero inoxidable a $ 13.000, un oxímetro de pulso digital a $ 3.000. Precios que parecen irreales pero no lo son, pertenecen al catálogo de ventas de una de las tantas tiendas de importadores directos que emergieron en el Gran Buenos Aires. Y en la previa a la Navidad, se convirtieron en furor, con miles de visitantes y productos a la venta.
La experiencia de los clientes en los galpones de importados
«Conviene para hacer regalos eventuales. Yo compré un arrancador de auto portátil, bastante económico. Me salió alrededor de $ 60.000», cuenta Verónica una clienta que acaba de salir de Kiranimport, un negocio de productos importados con un local gigante en Ituzaingó. El mismo modelo se vende a $ 75.000 en algunas páginas de compras.
Se trata de productos a valores que hasta hace poco solo se veían en aplicaciones extranjeras pero que ahora se consiguen en galpones abiertos al público. Algunos se veían en bazares chinos, pero no con tanta variedad y a precios más altos. Los valores se muestran en dólares, como en un outlet de frontera. A diferencia de las plataformas virtuales, todo se puede ver, tocar y analizar en detalle.
El contexto económico detrás del boom de los importados
La avalancha de importaciones y la reducción de impuestos a productos del exterior impactaron de lleno en las ventas de las empresas locales. Los rubros que registraron los mayores incrementos de las importaciones fueron electrodomésticos, baterías y lámparas, con un salto del 248,9%. En segundo lugar, motos, bicicletas y otros equipos de transporte con un 124,6%. Estos cinco sectores concentraron el 48,8% del total de las importaciones de bienes de consumo entre enero y septiembre de 2025.
Furor en el Conurbano y filas para comprar barato
«En el caso de estos galpones deben tener muy pocos costos en términos relativos de lo que es la infraestructura para poner a la venta, mientras que los canales tradicionales tienen negocios y más costos para exhibir el producto.» Todo amontonado como en un depósito, sin mayores costos para mostrarlos. Y agrega: «Dependiendo de donde venga el producto, puede ser una diferencia en el costo el tema laboral o de productividad por mayor escala de producción que tienen estos productores en el extranjero y, por lo tanto, pueden venderlo más barato».
El viernes previo a las fiestas, la fila para pagar daba la vuelta completa dentro del local y la gente se desesperaba por agarrar los productos. Era tanta la cantidad de personas que muchos desistían de hacer la cola y se iban. “Mañana volvemos pero más temprano”, dijo una mujer que buscaba un juguete para su nieto de 10 años.
Los precios están en dólares, pero se puede abonar con distintos medios de pago. Eso sí: en efectivo hay entre un 5% y 10% de descuento. Y si el pago es con dólar billete, el beneficio llega al 15%.
Resumen
La creciente oferta de productos importados a precios competitivos ha generado un fenómeno en el Gran Buenos Aires, donde miles de personas acuden a galpones abiertos al público en busca de productos variados. La reducción de impuestos y la avalancha de importaciones han impactado en las ventas de empresas locales, que buscan adaptarse a la competencia extranjera. Los clientes destacan la accesibilidad de los precios y la diversidad de productos disponibles, convirtiendo a estos locales en destinos populares para las compras navideñas.
