Como siempre, para quienes observan la situación desde fuera de Argentina, todo es muy difícil de entender: ¿cómo es posible que después de un IPC del 12,4%, un récord que no se veía desde hace 32 años, el Banco Central haya decidido que ¿No es necesario tocar los tipos de interés y que los ahorradores se comportan con una calma sorprendente?
Pero en Argentina la situación se ve lógica y hasta natural: obedece al carácter bimonetario del país. Esto implica que, en realidad, los ahorristas que depositan a plazo fijo en pesos no prestan tanta atención al diferencial de tasas respecto de la inflación como a la evolución del dólar.
En otras palabras, se produce una vez más el regreso del «carry trade», más conocido por todos como la «bicicleta financiera». Con un Gobierno que da una garantía explícita -y, además, avalada por el mismo Fondo Monetario Internacional– que el tipo de cambio permanecerá fijo en $350 Al menos hasta el 23 de octubre, la tasa que dejan los plazos fijos es, en realidad, una rentabilidad en dólares.
Y no hay muchos países en el mundo que permitan obtener una rentabilidad del 9,7% en divisas en un mes. Por supuesto, esta es una oportunidad a muy corto plazo, porque nadie está seguro de si a partir del lunes postelectoral habrá un retorno a la «paridad móvil» de minidevaluaciones diarias o si habrá un nuevo salto del tipo de cambio.
Pero mientras dure esta situación los inversores no tienen dudas. Esto es lo que significa que, a pesar de toda la volatilidad de este momento económico y su ingrediente de incertidumbre política, no ha habido una salida masiva de depósitos.
De hecho, los analistas creen que existe incluso la posibilidad de que los 12,6 billones de dólares que hay en los bancos se mantienen estables e incluso pueden crecer. Expresada en dólares al tipo de cambio oficial, la masa de dinero ahorrada en plazos fijos equivale a 36.000 millones de dólares y corresponde en un 85% a inversores de gran volumen.
Tras el IPC récord de agosto, el BCRA decidió mantener las tasas de interés argumentando que ya hay señales de relajación en el frente inflacionario
La variación real de agosto respecto al mes anterior fue una caída de 3,2% en los depósitos a plazo fijo, aunque en la comparación anual hay un aumento real de 9,5%. Y hay datos que permiten suponer que en septiembre La tendencia es aprovechar esta oportunidad para obtener ganancias en dólares.
Por lo pronto, los fondos mutuos registraron, a mediados de septiembre, un incremento de $132.046 millones para el mercado monetario.
De nuevo, beneficio garantizado
En este contexto, a nadie sorprendió la decisión del directorio del BCRA de mantener sin cambios la tasa de política monetaria -118% nominal, lo que significa 209% en términos efectivos anuales-.
Para Salvador Vitelli, analista del Grupo Romano, la tranquilidad que venía mostrando el público ahorrador hizo innecesario subir los tipos, lo que por otra parte habría incrementado el coste cuasifiscal -por el coste que implicaría en el pago de intereses de Las Leliq del Banco Central -. «Y en cierta medida, donde el dólar está tranquilo producto de las intervenciones, es un escenario donde sería raro ver un desarme de plazos fijos por la inflación que puede venir», añadió el economista.
En línea con este razonamiento, si el Banco Central hubiera decidido subir el tipo que equipararía la remuneración a plazo fijo con el IPC de agosto, se habría tenido que alcanzar una tasa efectiva anual superior al 300%. El efecto colateral de esta medida sería agravar la ya grave situación de la «bola de las Leliqs», que inyecta 2 mil millones de dólares en el mercado cada mes para el pago de intereses.
El argumento de la entidad que dirige miguel pesce indica que, en realidad, ya se percibe una relajación en el frente de la inflación, lo que sugiere que en septiembre habrá un IPC inferior al de agosto; algunos funcionarios aventuran que la cifra volverá a territorio de un solo dígito. Y recuerda que su foco es mantener a los ahorradores en una tasa positiva en términos reales. Es decir, superior a la inflación.
Sin embargo, no dice nada sobre la cuestión que, para la mayoría de los economistas, es el verdadero determinante de si la tasa está o no en un nivel capaz de retener depósitos: su vínculo con el tipo de cambio.. Por eso los analistas ponen la lupa en el retorno de los plazos fijos frente a otras opciones dolarizadas.
Y la realidad es que desde el reordenamiento post PASOel dólar eurodiputado, principal referente del mercado paralelo para grandes inversores, No tuvo una variación del 4%. Ante esta situación, la tasa a plazo fijo sigue siendo una invitación a obtener una buena rentabilidad en dólares.


A pesar de la volatilidad financiera, los depósitos a plazo muestran estabilidad: los analistas sostienen que esto se debe al atractivo del «carry trade»
«El gobierno tiene la posibilidad de mantener el dólar tranquilo hasta que se defina el próximo presidente. «Corresponde a los agentes económicos si deciden acumular dólares en este contexto, o aprovechar una tasa de 9,83% mensual para marcar la diferencia en divisas», explicó. señaló como consultor Salvador Di Stéfano.
De hecho, entre los directivos de las empresas de inversión predomina la opinión de que habrá una estabilidad cambiaria a corto plazo que hace atractivo el posicionamiento en pesos. «Recomendamos ingresar al carry trade en pesos luego de que las elecciones primarias provocaron que el CCL superara los 800 pesos por dólar, alcanzando un nivel superior al registrado luego de la crisis de 2001», señala un informe de Adcap.
Diferencias ideológicas, mismo carry trade
Esta situación lleva a relativizar las críticas que a diario está recibiendo la decisión de devaluar el lunes 14 de agosto, luego de las PASO. Y es cierto que los resultados han sido decepcionantes: la ganancia de competitividad se «licuará» en sólo dos meses Debido al muy rápido contagio a los precios, el Banco Central no pudo mejorar mucho su dañada posición de reservas y la economía subió un paso en su carrera nominal.
Todo esto ha significado que el salto del dólar a 350 dólares haya sido descrito por muchos como «la devaluación menos exitosa de la historia». Como referencia, lo ocurrido en enero de 2014 cuando Axel Kicillof Fue ministro de Economía tardó 11 meses en ser neutralizado por los aumentos de precios.
Sin embargo, lo que se está haciendo evidente en estas horas es que hubo al menos un aspecto en el que el salto cambiario sí funcionó: ayudó a la estabilidad de los depósitos. Como todos los economistas saben, si hay algo peor que una corrida monetaria es que la volatilidad del dólar también produce una corrida bancaria.
Luego de las PASO de 2019, por ejemplo, hubo una reducción casi inmediata de un tercio de los depósitos en dólares. Mientras que en el mercado de plazo fijo, que venía creciendo a un ritmo de al menos 5% mensual, hubo una caída del 7% en el mes siguiente. Esto fue lo que, finalmente, determinó una aceleración de las tasas de interés: el entonces presidente del BCRA, Guido Sandlerisno dudó en elevar el tipo por encima del 80% hasta que la situación cambiaria se estabilizó relativamente.
La ironía de la historia económica argentina es que La bicicleta financiera no tiene ideología: Fue aplicado por gobiernos liberales y «keynesianos», conservadores y progresistas. Entonces el llevar comercio como estrategia de estabilización, uno de los puntos que más criticó el kirchnerismo Mauricio Macri durante la campaña de 2019, hoy muestra su regreso en versión peronista.


El resultado de las elecciones de octubre será el factor determinante para saber si volveremos a un régimen de paridad móvil o si habrá un nuevo salto brusco en las variables
¿Cuánto dura?
¿Cuánto tiempo durará la relativa calma? Naturalmente, todo dependerá del resultado de las elecciones de octubre, de las señales enviadas por el FMI sobre su voluntad de apoyar financieramente al nuevo gobierno y cómo reacciona el mercado el lunes postelectoral.
El gobierno cree que, tras la mala experiencia observada por el rápido contagio de los precios tras la última devaluación, el FMI no volverá a presionar con una corrección brusca y preferirá volver al esquema de paridad móvil.
Y es una visión que comparten muchos analistas de mercado.
«No creemos que el organismo vuelva a penalizar al Gobierno exigiendo una nueva devaluación. La corrección aislada del tipo de cambio forzada en agosto dejó claro que por sí sola, esta medida tiene más costos que beneficios», indica el último informe de la Consultoría LCG.
Hubo quienes fueron más allá y plantearon la creencia en un claro retorno del ancla cambiaria, como Emmanuel Álvarez Agisquien en conferencia con inversionistas organizada por Mega QM, señaló la necesidad de congelar variables hasta que cambie el gobierno.
«Hoy tenemos la economía absolutamente desanclada, y no tenemos la posibilidad de anclarla si no sabemos si ganará la propuesta de dolarización, bimonetarismo, salida rápida del cepo, un split, etc. Y entonces , vuelve a tocar el dólar «Ahora le hace cosquillas al monstruo».
Pero, más allá de que la presión devaluatoria del FMI pueda disminuir, hoy sigue prevaleciendo en el mercado la percepción de que un nuevo período de volatilidad del tipo de cambio será inevitablelo que lleva a La ganancia de los ahorristas con la bicicleta financiera en la versión 2023 puede ser breve.
«Observamos que tanto el pasar por a precios como ‘carry trade’ no superen la esperada devaluación del tipo de cambio», Señala un informe de Ecolatina, que tomando como referencia la cobertura del mercado de futuros, analiza la expectativa devaluatoria entre el momento postelectoral y febrero del próximo año. En consecuencia, advierte de que habrá una continua «recalibración» de las estrategias de inversión para captar las nuevas oportunidades que ofrece el mercado.
Lo cierto es que hoy, y al menos hasta las elecciones presidenciales, el mercado está viendo la conveniencia de quedarse en pesos y calcular a cuánto asciende la ganancia medida en dólares. Hasta que todo vuelva a cambiar y el ciclo de eterno retorno de la economía argentina vuelva a hacer girar su rueda.
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Fuente: iprofesional.com