La investigación de consultoría asegura que la negociación con el FMI sería «el principal uso de las reservas netas en los próximos meses». “Si las autoridades pudieran posponer los pagos a ese organismo, la situación cambiaria tendría una perspectiva mucho más sólida -si, en el acuerdo, no se restringieran las actividades del Banco Central, como se hizo en 2018-. , para mantener el cronograma de pagos actual, el próximo año deberíamos enfrentar vencimientos de más del doble de las reservas netas, algo imposible de hacer «ellos argumentaron.
“La situación del tipo de cambio está lejos de ser extrema: habrá entradas de divisas superiores a los gastos en 2021 en el mercado oficial y la situación fiscal se corregirá por sí sola. Pero la sostenibilidad de la estrategia dependerá de aclarar el horizonte de vencimientos internacionales en los próximos años: sin un acuerdo con el FMI que ayude a descomprimir los pagos, será difícil calmarse ”.señalaron.
En 2020, Argentina tuvo un resultado externo positivo. Esto fue el resultado de un superávit en el comercio de bienes, un saldo de servicios muy limitado (pasó de un rojo de más de $ 5 mil millones a un rojo de menos de $ 2,4 mil millones debido a la virtual desaparición del turismo internacional) y un ingreso saldo reducido por reestructuración de deuda y restricciones a la transferencia de utilidades y dividendos de las empresas. Si bien el saldo externo fue impulsado por factores transitorios, su resultado en transacciones corrientes representó un importante ingreso de divisas a la economía local (US $ 3.000 millones). En 2021, Ecolatina espera que este saldo vuelva a ser positivo, en una magnitud que dependerá de la continuidad del precio del materias primas (que se mantienen en valores elevados a pesar del relevante retroceso de los últimos días) y la recuperación económica local e internacional.
En cuanto al escenario global, estiman que los socios comerciales de Argentina crecerán en 2021, incrementando su demanda por nuestras exportaciones y aumentando el volumen de nuestros envíos. Por el lado de las compras externas, aunque crecerán respecto al año pasado, no alcanzarán valores que pongan en riesgo el superávit comercial tras tres años de recesión.
Además, no hay grandes pagos de intereses programados para 2021 y la transferencia de ganancias y dividendos permanecería restringida. Finalmente, aunque la competitividad de nuestros productos está disminuyendo rápidamente a medida que aumenta la inflación, también se espera que las monedas de los países vecinos (especialmente el real) se aprecien frente al dólar. Esto afectaría su competitividad, aliviando nuestros problemas en ese frente. Por tanto, los flujos corrientes, es decir, la economía real, no traerán motivos para que el dólar oficial se acelere en el corto plazo.
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Fuente: www.ambito.com
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-06-20 14:57:00