Presupuesto 2026: el desafío del ajuste fiscal
En medio de la decisión del Gobierno de no vetar su propio Presupuesto para evitar la vigencia de dos leyes que considera que no tienen posibilidad de financiamiento, se vislumbra un escenario complicado en el ámbito fiscal para el año próximo. La necesidad de ajustar unos 7 billones de pesos en otras áreas para sostener el superávit fiscal pone en aprietos al Poder Ejecutivo, que deberá buscar alternativas para cumplir con las erogaciones previstas.
Recortes necesarios y áreas de ajuste
Las leyes de financiamiento educativo universitario y la emergencia en discapacidad tendrían un costo fiscal de 0,7% del PBI, lo que obligaría a recortar en diversas áreas del gasto público. Con algunos gastos ya reducidos en los últimos años, el Gobierno enfrenta el desafío de ajustar partidas como transferencias a provincias, obra pública y subsidios, que representan un alto porcentaje del presupuesto.
Distintas consultoras y centros de estudios coinciden en que el escenario fiscal se encamina a una etapa de mayor «normalización». El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) proyectó posibles áreas de ajuste, destacando que los salarios públicos, programas sociales y subsidios a la energía serían los más afectados por el recorte necesario.
Desafíos macroeconómicos y proyecciones
La Fundación Mediterránea advierte que los supuestos macroeconómicos del Presupuesto 2026 podrían ser optimistas, lo que impactaría en la ejecución fiscal. Una inflación más elevada de la prevista permitiría una mayor recaudación, pero también implicaría mayores erogaciones en partidas ajustadas por precios. El manejo del gasto no indexado será clave para lograr un superávit primario más elevado.
Nuevas presiones sobre ingresos y gastos
Consultoras como LCG señalan que la baja de retenciones y una eventual reforma laboral podrían restar ingresos significativos al Estado, sumado a la inercia del gasto indexado por movilidad. En un contexto de dificultades para aumentar la recaudación y la actividad económica, se prevé la necesidad de nuevos ajustes fiscales en 2026 para equilibrar la balanza entre ingresos y gastos.
Conclusiones
Ante el desafío de mantener el superávit fiscal en medio de las obligaciones presupuestarias, el Gobierno enfrenta la tarea de ajustar partidas clave para cubrir los costos adicionales que implican las leyes no vetadas. La incertidumbre macroeconómica y las presiones sobre los ingresos y gastos requieren una gestión cuidadosa para evitar desequilibrios fiscales en el próximo año.
