¿Hasta dónde puede subir el precio? Análisis de las proyecciones económicas en Argentina

El nuevo esquema cambiario y sus implicaciones

El nuevo esquema cambiario anunciado por el Banco Central (BCRA) ha generado un cambio significativo en las expectativas sobre el dólar para el año 2026. A partir del 1 de enero, el piso y el techo de la banda de flotación ya no se ajustarán a una tasa fija del 1%, sino que se moverán mes a mes de acuerdo con la inflación informada por INDEC con dos meses de rezago (T-2).

¿Qué implica el nuevo esquema de bandas?

Este cambio implica que el dólar oficial se moverá dentro de una banda cuyo crecimiento estará determinado por el dato de inflación. Esto tiene dos consecuencias directas: el techo de la banda se aprecia en términos reales, lo que brinda un mayor margen de tolerancia ante posibles episodios de volatilidad, y el piso pierde relevancia al ser solo un número testimonial debido a las compras que realizará el Banco Central dentro de la banda.

El consenso del mercado y el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM)

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Las proyecciones en la City indican un sendero más acelerado para el techo del tipo de cambio en los próximos meses. Según el REM, se espera una desinflación gradual que llevará al dólar a mantenerse estable dentro de la banda, siempre y cuando se mantengan la disciplina fiscal, la baja inflación y la recuperación de la demanda de pesos.

El rol de la demanda de pesos y las reservas

Uno de los objetivos del nuevo programa es la recuperación de la demanda de dinero, lo que permitirá respaldar cada peso adicional demandado por la economía con compras de divisas, fortaleciendo la credibilidad del esquema. El economista Aldo Abram destaca la transparencia del mecanismo de compra de reservas, aunque advierte sobre la necesidad de eliminar distorsiones en el sistema financiero.

¿Hacia dónde se dirige el dólar en este nuevo régimen?

Con las condiciones actuales, se espera que el dólar se mantenga estable dentro de la banda, con movimientos graduales y sin sobresaltos siempre y cuando se mantengan las condiciones mencionadas anteriormente. El riesgo principal radica en eventuales shocks políticos o financieros que puedan llevar al tipo de cambio hacia el techo del corredor, aunque el Central tendría margen para intervenir sin alterar el programa en general.

Conclusiones

El nuevo esquema cambiario ha generado un cambio significativo en la forma en que se proyecta el precio del dólar para el año 2026. Con un enfoque en la previsibilidad y la reducción de la discrecionalidad, se busca anclar las expectativas en un contexto de desinflación y remonetización de la economía. El desafío para el Banco Central será mantener la credibilidad del esquema a medida que la demanda de pesos aumente y el dólar deje de ser el refugio automático, lo que será clave para el éxito a largo plazo del nuevo régimen monetario.