Heineken, la segunda cervecera más grande del mundo, ya había suspendido las ventas y la producción de su marca en Rusia y suspendió nuevas inversiones y exportaciones al país este mes. «Tras la revisión estratégica de nuestras operaciones previamente anunciada, hemos concluido que la propiedad de Heineken del negocio ruso ya no es sostenible ni duradera en el contexto actual», dijo la compañía.
También dijo que está buscando «una transferencia ordenada» de su negocio a un nuevo propietario, de acuerdo con las leyes internacionales y locales, y dijo que no quiere beneficiarse de la transacción, que le costará a la compañía unos 440 millones de dólares.
La empresa aclaró que seguirá operando de forma reducida durante un período de transición, para evitar el riesgo de nacionalización y para “garantizar la continuidad de la seguridad y el bienestar de sus empleados”.
“En cualquier caso, garantizaremos los salarios de nuestros 1.800 empleados que seguirán percibiendo salarios hasta finales de 2022 y haremos lo posible por salvaguardar sus futuros puestos de trabajo”, añadió.
carlsberg
La empresa danesa es la cervecería occidental más expuesta de Rusia. Puso a la venta sus importantes actividades en el país, donde cuenta con 8.400 empleados.
“Tomamos la decisión difícil e inmediata de apuntar a la venta completa de nuestras actividades en Rusia, lo que creemos que es lo correcto en el contexto actual. Una vez terminado, ya no tendremos presencia en Rusia”, explicó el grupo en un comunicado. En 2021, generó ingresos por casi US$953 millones en Rusia, o el 13% de sus ventas, y más de US$98 millones en ingresos netos (9%). Carlsberg tenía activos no corrientes en Rusia por valor de 19.200 millones de coronas danesas a fines de 2021, lo que representa aproximadamente el 15% de los activos totales o el 44% de su riqueza total, según su informe anual.
Agencias AFP y Reuters
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Fuente: ambito.com