La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.
La empresa estadounidense está en pruebas desde 2018 y todo parece indicar que tendrá que llegar a un acuerdo si no quiere ganar una prohibición que significaría que dejaría de vender procesadores. Al menos en territorio chino.
Intel no solo tiene un problema de competencia, después de 7 años dominando el sector completamente solo. Pero ahora también tiene que enfrentarse a demandas por patentes.
Seguro que en la sede de Intel recuerdan con cariño aquella época, entre 2011 y 2018, cuando no tenían que preocuparse por nada y sus ventas estaban en auge. Lamentablemente todo termina, y si AMD primero se puso de pie con su Ryzen, ahora los chinos vienen con sus patentes.
Como explican varios medios internacionales, Intel ha desde 2018 defendiéndose de una acusación que lo culpa por infringir la patente FinFET, y este septiembre perdió su sexto desafío.
Para los que no se ponen de pie, el Instituto de Microelectrónica de la Academia China de Ciencias (IMECAS) presentó una demanda contra Intel en el Tribunal Superior de Beijing en 2018, solicitando 200 millones de yuanes (aproximadamente 25 millones de euros) por daños y perjuicios más el coste del litigio.
La demanda está motivada por una presunta infracción de patente, como laboratorio de investigación y desarrollo financiado por el gobierno chino afirma que la empresa estadounidense violó su patente FinFET, tecnología que permitió a Intel crear su Intel Core de tercera generación (Ivy Bridge) en 2011.
Además de la compensación económica de 25 millones de euros, La demanda también busca la prohibición de la venta de la familia Intel Core de Intel., que es su producto más vendido y la base de su negocio.
Sigue el último revés de Intel en el caso FinFET una larga serie de intentos de la empresa para llevar el proceso de revisión de patentes a la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Sin embargo, la USPTO se ha negado a conocer el caso, dejando la disputa en manos de las autoridades chinas.
Intel ha tenido cierto éxito en impugnar la validez de la patente, ya que tres de las reclamaciones en la demanda han sido declaradas inválidas. Sin embargo, otros once siguen siendo ejecutables. Esto significa que, salvo que ocurra un milagro, la demanda por infracción contra Intel seguirá adelante.