Una transición política en Chile
“¡Chau, Boric!”, grita un hombre mientras agita una bandera de Chile frente al Palacio de La Moneda. El sol brilla a pleno en el mediodía de este lunes y, dentro de la sede del gobierno, en el centro de Santiago, el presidente Gabriel Boric recibe al mandatario electo José Antonio Kast, su acérrimo adversario político. Pero aquí las tradiciones pesan y ambos líderes, en las antípodas del arco político, protagonizan la esperada y cordial coreografía que marca el comienzo de la transición hacia el gobierno más conservador desde el final de la dictadura de Augusto Pinochet.
Comenzó así la coordinación formal entre el gobierno saliente y el que lo sucederá desde el 11 de marzo, tras la amplia victoria de Kast en el balotaje del domingo frente a la oficialista Jeannette Jara. El mismo domingo a la noche, cuando los datos oficiales confirmaron el triunfo del líder opositor, el presidente lo llamó para felicitarlo, en una llamada telefónica que fue transmitida en vivo y en directo por todos los canales de TV del país.
En su tercer intento por llegar a la presidencia de Chile -en 2021 fue derrotado en el balotaje justamente por Boric-, el líder de extrema derecha obtuvo 7.254.850 votos (58,16%), frente a 5.218.444 de Jara (41,84%), y promete empezar a trabajar ahora mismo para encarar un gobierno de “cambio” que apunta a resolver los problemas más urgentes para los chilenos, como la seguridad y la economía.
Después de una campaña intensa, por momentos agresiva y con acusaciones cruzadas, desde el domingo a la noche aquí reina un clima de respeto y cordialidad entre dos bandos políticos enfrentados. Apenas se conocieron los resultados, la propia Jara, militante comunista y ex ministra de Trabajo del gobierno de Boric, llamó a Kast para felicitarlo y ofrecer su colaboración.
Un primer encuentro oficial
Frente a La Moneda, detrás de las vallas y de un visible despliegue de carabineros, varios seguidores con banderas y remeras con el nombre de Kast lo esperaban en el único espacio de sombra, llegando a la calle Morandé. Mientras, algunos santiaguinos y turistas se tomaban fotos y selfies en el inmenso árbol de Navidad montado en la Plaza de la Constitución.
Adentro del Palacio, luego de una recorrida por las diferentes salas y de la reunión protocolar que duró algo más de una hora y a la que calificó como “muy positiva y republicana”, Kast hizo una breve declaración a la prensa. Insistió en que el país necesita «un gobierno de emergencia» y subrayó que esa será su primera misión.
«Fue una reunión muy republicana en el sentido amplio de la palabra para conocer situaciones que van a afectar y pueden requerir una coordinación entre el gobierno saliente y el entrante», señaló el líder conservador, quien llegó a la cita acompañado por su esposa María Pía Adriasola, y varias de las figuras clave que estuvieron a su lado durante toda la campaña, como su asesor económico, Jorge Quiroz, a quien se menciona como posible ministro.
Un gobierno de unidad nacional
El futuro mandatario amplió que el Ejecutivo “de emergencia» que propone «tiene que verse reflejado en un gobierno de unidad nacional en los temas prioritarios en los que habrá acuerdos, porque hay situaciones que afectan de forma transversal como seguridad, salud, vivienda, que requieren políticas de Estado“.
En esa misma línea, poco después se reunió con líderes de otros partidos políticos de derecha y centroderecha, para tender puentes con miras a una coalición de gobierno. El equipo de Kast acaba de inaugurar la Oficina del Presidente Electo (OPE), y ya comenzó el movimiento en la sede de la calle La Gloria 88, en el barrio acomodado de Las Condes, que aquí ya todos mencionan como “La Moneda Chica”.
Abogado, de 59 años, padre de nueve hijos, con una fuerte formación católica y ultraliberal en lo económico, Kast se convertirá en el primer pinochetista en llegar a la presidencia de Chile desde el regreso de la democracia.
El llamado de Gabriel Boric
Boric también se refirió al encuentro que mantuvo con Kast este lunes. En un comunicado, que luego leyó ante la prensa, insistió en la defensa de los derechos sociales logrados en su gobierno, y pidió al futuro Ejecutivo que los respete como «política de Estado».
«La implementación de la reforma de pensiones, de permisos sectoriales, la instalación del Ministerio de Seguridad Pública, el proceso de vacunación que hemos adelantado a marzo, la ley integral contra la violencia a la mujer, las oficinas locales de la niñez, los servicios locales de educación pública», enumeró el mandatario socialdemócrata desde el palacio presidencial.
“Dijo que tuvieron “un diálogo respetuoso, institucional y con altura de miras”, en el que abordaron “el quehacer del gobierno, la marcha del país y la agenda legislativa”.
El presidente destacó que es “muy importante” tener en cuenta “que más allá de las distintas visiones políticas que ambos representamos, existe una continuidad del Estado, una continuidad de sus instituciones, una continuidad del servicio público y del orden democrático”.
En resumen, la transición política en Chile ha comenzado con la victoria de José Antonio Kast y la coordinación formal con el gobierno saliente de Gabriel Boric. Ambos líderes buscan una transición pacífica y trabajar en conjunto para abordar los desafíos más urgentes del país, marcando así el inicio de una nueva etapa en la historia política de Chile.