Un pie derecho que deja en espera un vuelo de la pelota. Un zurdo que calibra. Un grito que viene tras otro. Una salida. Avaro. Histórico. Índices, dedos y pulgares en modo Spider-Man para la celebración de un niño que juega a ser Dios, porque está en todas partes …
Julián Álvarez dejó de ser un niño, desde el punto de vista futbolístico. Si se requiere una prueba de madurez, la cinta River-Independiente Santa Fe servirá como prueba.
Quizás la síntesis televisiva de su juego sea ese gran gol para ampliar el marcador cuando solo quedaban seis minutos por jugar: asistencia de David Martínez, gestada en la cabeza de Gallardo (le pidió a Julián que eligiera y al zaguero que lo buscara), y definición 4K de la Araña ante la inacción de Palacios y -en menor medida- Torijano y frente a un intrépido Castellanos. Sin embargo, lo que no se puede resumir en un flash de TV es conceptualmente el nivel de Álvarez.
Hay cuatro subastas: tres, para el arco; un gol y casi otro, …
Te interesó este Titular? Seguí leyendo la Nota Completa
Fuente: www.ole.com.ar
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-05-20 03:01:30