La ministra de Trabajo, Raquel ‘Kelly’ Kismer de Olmos, dijo que la medida de fuerza llevada a cabo por varias líneas de colectivos en la Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) e interior del país -que mantuvo sus servicios interrumpidos desde las 0 del viernes hasta el mediodía- es «una extorsión» que «ha traspasado todas las fronteras».
Consideró que «no es una huelga» sino «un conflicto interno dentro del sindicato UTA» que es «impulsado por la empresa DOTA» al punto de parecer «un cierre patronal».
“Esto es terrible. Es un exceso, ya que no es una huelga sindical sino un conflicto interno de un sector que perdió las elecciones en el sindicato UTA y quiere torcer el brazo tomando de rehenes a los usuarios con la complicidad de la empresa DOTA ”, afirmó Kelly Olmos en declaraciones a Radio 10.
Para el funcionario, “hay sectores empresariales que quieren tipear quién es el interlocutor gremial. Me parece que se han traspasado todas las fronteras.
“No es un conflicto por un reclamo laboral, sino que es un grupo dentro de la UTA que no pudo ganar las elecciones internas y por eso están tomando esta medida. En realidad, parece más que Dota está haciendo un cierre patronal”, aseveró el ministro.
parada de autobús
El paro colectivo es realizado por una rama disidente de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) nucleada en la ‘Lista Azul Juan Manuel Palacio’en demanda de mejoras salariales y ante la supuesta “falta de respuestas” del Ministerio del Trabajo para el reconocimiento de las autoridades electas en diferentes secciones.
“Nos detuvimos porque, entre gallos y medianoche, la dirección de la UTA, sin consultar a las bases, lleva años firmando miserables convenios salariales y ha logrado pulverizar nuestros salarios, reduciendo su poder adquisitivo al 50% de lo que debería servir” , anunció este jueves el grupo, confrontado con la dirección del sindicato que encabeza Roberto Fernández.
Las 10 principales líneas afectadas por el paro movilizan unos 15 millones de personas al mes, y son la 5, 6, 7, 8, 9, 10, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 31, 44, 50 y, en el nivel provincial, 256, 263, 271, 299, 370, 373, 384, 385, 388, 403, 405, 421, 429, 435, 540 y 543, todas líneas pertenecientes a la empresa Dota.
En tanto, un grupo de choferes bloqueó la entrada a la terminal de ómnibus del barrio porteño de Retiro.
En su anuncio de la protesta, Miguel Bustinduy y Osvaldo Agrafogo, quienes encabezan esa facción interna, señalaron: “Si nos pagan como si no trabajáramos, así nos abstendremos”.
También denunció la Lista Azul que, a pesar de haberse impuesto en elecciones sindicales en cinco secciones del país -Mar del Plata, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán-, y «a pesar de que la Justicia lo ha venido ordenando para más de dos meses», la dirección de la UTA «no quiere ponerlos en posesión y utiliza la pasividad de un Ministerio que no funciona».
Mientras tanto, el Junta Directiva Nacional de la UTA anunció que “no ha decretado huelga, ni ninguna medida de acción sindical” y consideró “lamentable que un pequeño grupo de personas, identificadas con la lista que perdió las elecciones, pretenda utilizar a los trabajadores, tomando a los usuarios como rehenes de sus intereses, en una supuesta medida que no es avalada por la entidad sindical”.
En ese marco, la UTA indicó que «el único objetivo» de la medida de fuerza es «generar descuentos a los salarios de los trabajadores».
Titular con información de Telam.
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