Los vecinos del capitán de la Selección acudieron a su casa en Rosario. Masiva celebración en el Monumento a la Bandera.
Para llegar a La Bajada desde Lusail hay que recorrer más de 13.000 kilómetros. Aunque Lionel Messi estuvo muy lejos, su presencia latía en cada rincón del barrio de su ciudad natal en Rosariodonde vecinos y visitantes se mezclaron durante los festejos por el tercer campeonato mundial en Argentina.
«Dejamos pasar un rato para venir, era una locura»comentó María Ester Molina. Bajo la mascarilla celeste y blanca con la que salió a celebrar, su sonrisa se dibujó una y otra vez mientras caminaba por la modesta manzana donde se crió el capitán de la Selección ante esa fortísima apuesta de viajar a Barcelona cuando fuera solo un niño .
Tras la definición por penales, Rosario decidió ir a pie a la casa de la zona sur. decorado con un nuevo mural de la «Pulga». Como vecina de la tía de Leo, no tuvo que caminar mucho. Cruzó la Avenida San Martín y se instaló en una esquina por donde pasaban otros en auto como parte de la celebración por la función de La Scaleneta en Qatar.
María Ester sabe que el fenómeno Messi es mundial. El día antes de la final, se topó con una panadería con periodistas extranjeros que habían ido a recorrer el barrio donde nacieron del futbolista del Paris Saint-Germain (PSG). Algunos también tenían la casa donde creció Ángel Di María, ubicada en el otro extremo de la ciudad.
En el caso de los que viven en La Bajada, las visitas de la prensa y el desfile de cámaras ya no sorprenden tanto. Marta Rodríguez lo reflejó así mientras descansó contenta en la puerta de su casaubicado a metros de la ex casa del ídolo rosarino.
Instalada en Lavalleja al 400 desde hace casi medio siglo, la mujer que conoció al zurdo se instaló en la vereda envuelta en una bandera celeste y blanca. Acompañada de sus familiares, recordó con cariño los saludos de aquel bebé, pero también destacó la actuación que tuvo el futbolista en la final de Qatar: «Ha sido una belleza, ha sido fantástico».
Marta vio muy de cerca la crianza del capitán argentino, desde que pasaba por su casa para ir a la escuela. Aunque no lo dice así, sabe que pertenecer es su privilegio. Como prueba, su hija mostró la foto autografiada que su madre se tomó con Messi hace muchos añoscuando era más frecuente verlo visitando el área.
La celebración en La Bajada contrastó con las postales multitudinarias del Monumento Nacional a la Bandera, epicentro de las fiestas en Rosario. Mientras decenas de miles de personas intentaban encontrar un aspillera en la costanera central, en el barrio donde comenzó la leyenda de Messi se mantuvo la misma impronta humilde del protagonista.
Con el rostro de Leo repetido en los murales de la cuadra, un grupo de chicas iba y venía sin pausa por la calle angosta. En un extremo de la cuadra, varios jóvenes se animaron a cantar una versión karaoke de «Chicos, ahora nos emocionamos otra vez». Del otro lado, un aficionado ataviado con una camiseta de Newell’s se subió al balcón de la casa natal del ídolo durante unos segundos durante la celebración. Las formas variaban, pero el motivo de la celebración era el mismo y el recuerdo quedará imborrable.
Rosario. corresponsal
mg
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Fuente: Titulares.com