El endeudamiento del sector público argentino, clave en el debate económico y político de los últimos años, puede y, en general, debe ser abordado desde diferentes puntos de vista para tener una mirada de conjunto.
Un informe de Ecolatina divulgado hoy optó por abordarlo desde cuatro ángulos: 1) su evolución reciente y comparación internacional; 2) un zoom en el interior; 3) las condiciones y desafíos de la deuda en moneda extranjera; y 4) la deuda en pesos y la dinámica actual del mercado interno.
el tamaño importa
En relación a su tamaño en términos comparativos con otros países, que generalmente se mide en función de su peso en cada PBI, en Argentina la deuda pública aumentó 14 pp, pero es una de las economías con mayor contracción en su PBI.
“Al mirar la evolución de la deuda pública desde una perspectiva global, encontramos que prácticamente todos los países mostraron un fuerte aumento en 2020 y una consecuente caída en 2021, y Argentina no fue la excepción”, introduce la consultora.
Y agrega: “En números, la relación deuda/PIB en las economías avanzadas aumentó 19 pp en 2020, mientras que en las economías emergentes y América Latina el aumento fue de alrededor de 9/10 pp. Después de un año, en 2021 las economías avanzadas mostraron una reducción. en deuda de alrededor de 5 pp (similar a lo observado en América Latina). En Argentina, la reducción del ratio en 2021 fue muy superior (23 pp). Esta reducción respondió al efecto del fuerte repunte del PIB real (10, 4%) se sumó a una marcada apreciación real del tipo de cambio, lo que provocó que el PIB corriente medido en dólares aumentara 25%, 10 pp por encima de la región.
Por su parte, la deuda pública en Argentina alcanzó el 80% de su PBI en 2021, lo que convierte al país en uno de los países con mayor deuda como % del PBI de la región, solo superado por Brasil con un 93%.
“Si bien este porcentaje está muy por debajo del 118% de las economías avanzadas, todavía está ligeramente por encima del 64% que muestran las economías emergentes y el 72% promedio de LATAM”, advierte el informe.
¿Qué hay dentro de la deuda?
El trabajo de Ecolatina detalla que, en relación a su composición por acreedor, el 35% está en manos del sector privado, el 45% en manos del sector público y el 20% restante corresponde a Organismos Multilaterales y Bilaterales, de los cuales 60 % es con el FMI. Respecto a la residencia, el 39% de la deuda está en manos de acreedores externos, mientras que el 61% restante es deuda interna
En relación a la moneda, el 68% de la deuda está denominada en moneda extranjera y el 32% en moneda nacional, donde el 64% es ajustable por CER.
¿Qué pasa con la deuda en moneda extranjera?
La deuda en moneda extranjera, tanto interna como externa, se ubica en US$256.595 millones y, en los próximos 5 años (2023-2027), el total de vencimientos brutos en moneda extranjera (frenados a junio, último mes con información oficial) ascienden a $120 billones ($24 billones por año), con $93 billones de capital y $27 billones de intereses.
“Dentro de dichos vencimientos, cerca de un tercio no presenta riesgo de refinanciamiento, ya que corresponde a deuda con el BCRA (Letras Intransferibles) y deuda indirecta (Garantías y Bonos). Respecto del resto (US$ 80.000 millones) , el 35% corresponde al FMI (US$28.000 millones), el 20% a otros Organismos Internacionales y el Club de París (US$16.000 millones), y el 45% restante a Bonos Públicos y Letras del Tesoro (US$16.000 millones)2 36.000 millones) , explica la consultora fundada por Roberto Lavagna.
Ecolatina considera que los riesgos de no cumplir con el FMI, cuyos vencimientos son los más grandes para los próximos dos años, son acotados en la medida en que se mantenga el actual programa pactado, esto porque, por un lado, «gran parte de los los vencimientos con el FMI ya serán financiados en el marco del programa vigente con el organismo, en el que se estiman desembolsos por casi US$ 19.000 M en 2023-24” ya que “buena parte de los vencimientos hoy no cubiertos son parte del Reservas Internacionales”, como los DEG, que a diciembre de este año superaron los US$4.000 millones”.
En el futuro, en 2025-27 los vencimientos con el FMI se reducirán sustancialmente (a un promedio de US$4 mil millones por año).
Según Ecolatina, el tema con los acreedores privados es «diferente», pues «si bien los vencimientos son limitados en 2023 (US$2.500 millones), ascienden a más de US$4.400 millones en 2024 y promedian casi US$9.800 millones entre 2025 y 2027». No es un punto menor que más del 40% de estos instrumentos estarían en manos del mismo sector público, lo que podría reducir hasta cierto punto los requerimientos financieros. Sin embargo, este panorama implica que Argentina deberá normalizar su situación en el mercados financieros internacionales. De hecho, el programa acordado con el FMI supone una normalización en la colocación de deuda externa para 2025.
Qué pasa con la deuda en pesos
Entre diciembre de 2019 y septiembre de 2022, la deuda pública bruta en situación normal de pago creció en casi US$60 mil millones, donde más del 94% del crecimiento corresponde a deuda en moneda nacional. “Sin embargo, vale aclarar que, si bien dicha deuda es pagadera en pesos al vencimiento, una gran parte se encuentra en unidades de cuenta indexadas. En efecto, de los más de US$55.000 millones que aumentó la deuda en moneda nacional para el mencionado período, El 85% de dicho monto se explica por instrumentos reajustables por CER (u$s 47.000 millones), situándose su stock por encima del 15% del PBI, cuando al cierre de 2019 estaba por debajo del 7%”, aclara el trabajo.
Sobre este punto, Ecolatina recuerda que la restricción de acceso al crédito externo, el retraso en los desembolsos de Organismos Internacionales y la decisión de no solicitar asistencia monetaria desde agosto hasta fin de año “colocaron al mercado de deuda interna como la piedra angular en el proceso financiero”. programa, donde la deuda CER ocupa un lugar central».
En este marco, “será de vital importancia para el programa financiero que gestione el Gobierno acumular Reservas Internacionales y seguir reduciendo el gasto en términos reales. Un proceso de consolidación fiscal es fundamental para la sostenibilidad de la deuda (tanto en pesos como en moneda extranjera”). moneda).), dado que tiende a reducir las necesidades de financiamiento y generar una mejora en las expectativas del mercado, lo que permitirá al Tesoro mejorar las condiciones de endeudamiento en pesos en el corto plazo”, concluye.
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Fuente: cronista.com