Una vez más, la fuga de capitales -y no la inversión productiva en infraestructura o proyectos de desarrollo- fue el destino final de los recursos obtenidos por ese gobierno a través del endeudamiento externo. Para el período 2015-2019, el Saldo de Divisas del Banco Central muestra una Formación de Activos Extranjeros (neto) superior a US $ 88.000 millones; mientras que la contabilidad del INDEC, a través de la Balanza de Pagos, muestra que el crecimiento de los activos externos del sector privado no financiero, en este período, superó los US $ 103 mil millones. Este matrimonio entre deuda externa y fuga de capitales se repitió como una constante en la fase neoliberal de la historia argentina que comienza con el estallido de la última dictadura cívico-militar. Además, un círculo vicioso está directamente relacionado con la evasión fiscal por parte de los grandes contribuyentes, ya que se estima que al menos el 70% de la riqueza externalizada no se declara al …
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Fuente: www.ambito.com
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-03-28 12:18:00