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La escuela rosarina que tiene edificio propio gracias a la escritora Hebe Uhart

“Ética” trabaja con la dinámica de un liceo popular y está ubicado en el barrio Nuevo Alberdi, al noroeste de Rosario.

Gracias a que la escritora y docente Hebe Uhart decidió meses antes de su muerte donar parte del Premio Iberoamericano Manuel Rojas que ganó en 2017, el Escuela Camino Andado de Territorio Insurgenteque la conmovió con su proyecto inclusivo y en el que dictó uno de sus míticos talleres, tendrá un edificio propio que llevará su nombre en el barrio Nuevo Alberdi, donde la presencia del Estado es escasa pero donde alcanza el poder transformador de la literatura .

Apoyar un proyecto educativo que involucra a docentes y más de cien alumnos que quieren terminar el bachillerato y que ya cuenta con 500 egresados, antes de su muerte en octubre de 2018, Uhart decidió donar 30 mil dólares, la mitad del dinero del premio Manuel Rojas con el que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes del gobierno de Chile la distinguió por su trayectoria. Con este dinero sumado al aporte de los docentes que comprometieron parte de sus sueldos, en los próximos meses entrará en funcionamiento la escuela 3.188 «Escuela de Territorio Insurgente Camino Andado», conocida como «La Etica» y a 20 minutos de Rosario, en la Edificio Hebe Uhart, llamado así por el escritor.

“Ética” trabaja con la dinámica de un liceo popular y se ubica en el barrio Nuevo Alberdi, al noroeste de Rosario, en una zona que combina urbanizaciones y zonas rurales.

En 2017, durante un asado, el escritor Pablo Ramos se enteró de que el autor del narrador quería usar el dinero del premio en «algo útil» y le habló de la existencia de «Ética» en Santa Fe. Reconocida como una gran narradora de viajes, tema al que se ha enfocado especialmente en los últimos años, a través de las crónicas “Viajera crónica” (2011), “Visto y oído” (2012), “De la Patagonia a México” (2015), “ De aquí para allá» (2016) y «Animales» (2017), le gustaba conocer las cosas de primera mano. En diciembre de 2017 viajó para ponerse en contacto con esa comunidad educativa. “Ella llegó para la fiesta de fin de año. Hacía mucho calor y festejamos en un club. Ella entró y se sentó entre la gente, como si fuera la mamá de uno de los chicos. Lo primero que nos llamó la atención fue que alguien de esa edad, con esa trayectoria y con tanto que decir, estaría en el lugar de la escucha. Quería conocernos y eso nos conmovió mucho”, dice Gabriela Alacid, integrante del espacio Ciudad Futura, el Partido político rosarino que generó el proyecto en 2011.

“Ética” trabaja con la dinámica de un liceo popular y se ubica en el barrio Nuevo Alberdi, al noroeste de Rosario, en una zona que combina urbanizaciones y zonas rurales. En 2018, el ministerio reconoció la escuela y paga los sueldos de sus maestros, pero la presencia estatal en el barrio es escasa: solo una sala de salud y la comisaría.


Cuando la autora se enteró de que estaban alquilando el edificio, consideró que la donación de este dinero podría ayudarlos a comprar un lugar propio. Y así fue: lograron adquirir una casa que está a unos metros, la están remodelando y esperan inaugurarla en unos meses junto con una biblioteca que honra a su mentor.

“Antes de que se conociera el modelo de escuela que promueve Finlandia, hacíamos algo parecido. Partiendo de ciertos problemas cotidianos, desplegábamos conceptos. Por ejemplo, pensábamos la salud desde un problema de salud del barrio como era la diabetes y, con ese eje como patada, desarrollamos los contenidos clásicos”, dice Alacid sobre cómo funciona la escuela secundaria en la que aprenden estudiantes de 17 a 60 años, algunos que abandonaron la escuela y quieren volver y también muchas madres que pueden estudiar mientras una maestra hace upa a sus hijos o asisten al kínder que trabaja en el marco del proyecto. “Trabajamos con dúos o tríos pedagógicos y construimos conocimiento colectivamente. Pretendemos presentarles a los jóvenes otra propuesta de escuela, trabajo y amigos, en una competencia permanente con el narco”, explica la activista y advierte que el gran desafío es enseñar y dar una alternativa a lo que el narco les ofrece a los chavales.

“Pretendemos presentarles a los jóvenes otra propuesta de escuela, trabajo y amigos, en una competencia permanente con el narco”Gabriela Alacid, militante del espacio Ciudad Futura

Aunque no lo ocultó, Uhart no tenía pensado hacer pública su donación: le parecía una especie de gesto de «autodefensa». Hace unos días, Damián Ríos, fundador y editor de Blatt & Ríos, supo de la existencia de la escuela a través de uno de los autores del catálogo y consideró que -una vez finalizado el proyecto- era importante que su gesto por parte del autor ser conocido, político y también literario. «Con Hebe éramos muy buenos amigos. Se definió ideológicamente como ‘populista’, me decía con esas palabras en 2010. A pesar de que su carrera como escritora era sólida y consolidada, tenía muy presente que había estado activa en los años 70 en los barrios dando meriendas y también como maestra dando clases. Pero en el fondo, ese tipo de militancia parecía un error. Le interesaba mucho la autogestión y creo que la organización de esa escuela la retó y la escandalizó”, dice Damián Ríos, fundador y editor de Blatt & Ríos. “Su obra está muy ligada a los humildes y a los trabajadores, una mundo que la inspiró. En ‘Camilo asciende’, por ejemplo, se puede rastrear el tema del progreso”, analiza Ríos sobre el vínculo entre biografía y obra.

El escritor Eduardo Muslip -estudiante, amigo íntimo de la autora y comprometido con trabajar en la edición de sus textos póstumos- estaba al tanto de la idea de la autora de los cuentos “Guiando la hiedra” y del libro de crónicas”. Vista y sonido». “En sus crónicas siempre hay un interés por lo social, pero lejos de un ideal romántico. Le interesaba mucho el esfuerzo, la voluntad de progresar y desarrollarse. Y la donación de su premio también hace justicia a su propia historia: comenzó su carrera docente en escuelas rurales de Moreno, tenía mucho interés y conocimiento de lo que pasaba en los sectores populares”, dice Muslip.

El 25 de mayo de 2018, meses antes de su muerte, Uhart viajó a Santa Fe y compartió uno de sus talleres con alumnos y docentes de la escuela. “Los muchachos estaban encantados. Uno preguntó qué era ser escritor y ella dijo: ‘Ser escritor es ser un refinado charlatán’”, recuerda Maximiliano Tomatis, docente de la materia Arte, Política y Subjetividad y uno de los que actualmente apoyando el proyecto. “Escribió todo lo que escuchó en un cuaderno y, en el mismo movimiento, habló. La escena fue increíble”, dice.

La escritora y profesora Hebe Uhart
La escritora y docente Hebe Uhart.

Los profesores de la escuela quieren que la nueva sede cuente con una biblioteca tentadora para facilitar el acceso a la lectura al centenar de alumnos y también para homenajear la gesta del escritor. Para ello, iniciaron una campaña para recibir donaciones de instituciones, particulares y editoriales. Quienes quieran colaborar con el proyecto pueden contactarse con Ética al correo: etica.ros@gmail.com

Tomatis reivindica la decisión del autor pero hace una distinción: “Creemos que la donación de Hebe no fue un acto caritativo, sino político. Y por político no me refiero a partidista, sino a esa marca que se lee en su literatura, especialmente en sus crónicas».

Con información de Telam y otras fuentes de noticias.

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