En 28 ocasiones consecutivas, el bloqueo a Cuba fue rechazado por la gran mayoría de países que integran la Asamblea General de la ONU (AGNU) y también por diversos Parlamentos, personalidades y grupos solidarios de todo el mundo.
Implementado formalmente en 1962, el embargo sigue las tesis expresadas en un memorando oficial del gobierno de Estados Unidos en ese momento, que literalmente dice: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (…) la única forma (…) de retirar el apoyo interno es a través del desencanto y la insatisfacción. derivados del malestar económico y las dificultades materiales (…). Há que se empregar, rapidamente, todos os meios possíveis para debilitar a vida econômica (…) e conseguir os maiores avanços na privação a Cuba, de dinheiro e fornecimento, para reduzir recursos financeiros e os salários reais, provocar fome, desespero e o derrocamento del Gobierno».
Han pasado más de 60 años y, a pesar del repudio mundial, los cambios que se introdujeron en este sistema de sanciones, contradictoriamente, reforzaron su intención y el efecto genocida.
El bloqueo de hoy reúne 243 medidas extremadamente agresivas contra la economía cubana, que afectan los derechos humanos y la comodidad de la población. El expresidente Barack Obama inició un relajamiento efímero y limitado de este empeño, que, sin embargo, terminó revitalizándose con fuerza brutal durante la administración de Donald Trump.
Joe Biden, a pesar de sus promesas de cambio, aún no ha abolido ninguna de estas violentas medidas.
Ha sido el mayor obstáculo para el desarrollo económico de Cuba, provocando pérdidas de más de 144.000 millones de dólares en las últimas seis décadas y afectando gravemente el comercio, la inversión extranjera y la adquisición de tecnología y productos básicos, especialmente para la salud y durante la salud. Covid-19 pandemia. Interrumpe cualquier operación financiera relacionada con Cuba, como la entrada de petróleo, y causa daños muy importantes a la economía estatal y privada.
No hay una justificación única. Cuba es un país pacífico, muy seguro, con bajas tasas de criminalidad. No hay violencia policial ni tortura. La atención médica es gratuita y tenemos indicadores de salud comparables incluso a los de los países desarrollados. Lo mismo ocurre con la educación. La gente es educada y culta. El seguro social tiene niveles elevados; no hay personas sin hogar; todos los niños están bien alimentados y van a la escuela; las drogas, la discriminación en general y el feminicidio no son problemas. Cuba, además, es un referente sin precedentes en la cooperación mundial en salud, educación y otros sectores. Nadie cuestiona.
Este miércoles (23), la AGNU, nuevamente, incluye el tema en su agenda. Lo más probable es que el bloqueo sea desaprobado masivamente, lo que, aunque no tenga consecuencias prácticas inmediatas, representará una presión adicional y un importante testimonio de la historia.
Mientras tanto, el país seguirá resistiendo y cambiando todo lo que hay que cambiar para aumentar la eficiencia económica y generar todos los avances posibles.
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