A la espera del escrutinio y de los datos definitivos, el Ministerio del Interior informa en su página web una participación del 63,98%. La cifra supone un claro descenso respecto a las elecciones de 2018, en las que superó el 73,83%.
Los sondeos ya habían augurado la posibilidad de que se registrara un abstencionismo récord, y el dato parcial de las 19.00 horas lo había adelantado. A las 23:00 horas, el Ministerio del Interior lo confirma.
Las diferencias de participación entre regiones son abismales, hasta 20 puntos
La diferencia en la participación entre regiones, sin embargo, es enorme. En regiones del norte como Lombardía, Véneto o Emilia-Romaña, la participación ha superado el 70%; sin embargo, en el sur, en regiones como Campania o Calabria, se ha mantenido en el 54% y el 50%, respectivamente.
En cualquier caso, en todas las regiones ha habido una caída en la participación. El mayor de todos se ha registrado en Molise, en la mitad sur, y el menor en Lombardía.
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Según los primeros análisis, la afluencia desciende en todo el país, pero especialmente en el sur, donde en ciudades como Nápoles desciende hasta en 10 puntos.
Para algunos analistas, el descenso en el número de votantes en el sur también refleja un alejamiento de la política, mientras que el resultado también podría estar condicionado por el mal tiempo y las fuertes lluvias que han afectado a lo largo de la jornada a esa zona del país. , especialmente en Campania.
Los italianos prefirieron votar a primera hora de la mañana ya que la afluencia fue del 19,21 %, similar al 19,43 % de las elecciones de 2018, mientras que más tarde a las 19:00 horas fue del 51,16 % (había sido del 58,40 % en las últimas elecciones generales).