La ira contra los suecos en Estambul, la capital turca, en respuesta a la Quema de un Corán por parte de un ultraderechista sueco-danés frente a la embajada turca en Estocolmo.
Previamente, el gobierno turco presionó a Suecia para que lo impidiera, sin éxito, ya que el país escandinavo terminó por no oponerse a la quema del libro ya que no viola las leyes del país y considera que se debe respetar la libertad de expresión.
A pesar de no haber intervenido, el gobierno sueco ha condenado lo que considera «Provocaciones islamófobas«. El gobierno turco también ha condenado el acto, alegando que demuestra el «racismo» y el «islamofobia» de Europa.
Poco después de la quema del Corán, se canceló una visita planificada a Turquía del ministro de Defensa sueco, Pal Jonson, para discutir el veto de Turquía a la entrada del país escandinavo en la OTAN.
El mismo día de la provocación de la extrema derecha, también tuvo lugar en Estocolmo una protesta contra la OTAN.
Turquía ha condicionado su luz verde a que Suecia se convierta en miembro de la Alianza Atlántica, a cambio de que deje de proteger a refugiados kurdos que Turquía considera terroristas.
Por eso se podían ver banderas kurdas en la protesta contra la OTAN.