Por lo tanto, al criminalizar la energía barata, los mercados de capital están ahora haciendo un juicio moral, que en sus extremos significa que la energía debe volverse costosa y poco confiable para todos. Y, a su vez, esto crea condiciones revolucionarias, creo, no tanto en la escala de 1848 o 1917, sino con las profundas repercusiones que siguieron a la Reforma.
A su manera, los defensores de DeFi están respondiendo tal como lo hicieron los primeros protestantes al magisterio católico romano extenso y corrupto. Los primeros luteranos solo querían practicar el cristianismo. Los capitalistas de DeFi solo quieren practicar el capitalismo. Quieren que un mercado haga lo que debería hacer un mercado: lo que dice en la lata.
“No estamos ni cerca de la hermosa maquinaria de los mercados de capitales”, reconoce Jeremy Allaire, fundador de la firma de servicios financieros Circle. El uso de DeFi debe ser más fácil, reconoce, y cree que es inevitable que los intercambios de DeFi también deban hacer algunos arreglos con los reguladores. Pero aquí las cosas se ponen realmente interesantes.
Un intercambio de cifrado puede estar regulado de tal manera que la aplicación de la ley pueda poner a un operador de intercambio criminal tras las rejas, mientras que los prestamistas y los prestatarios permanecen en el anonimato. No es que el mundo de las finanzas reguladas tenga un gran historial de poner a personas tras las rejas, pero esta realidad es una muy mala noticia para el recaudador de impuestos.
Los estados nacionales serían impotentes para evitar que estos intercambios semirregulados pero viables surgieran. La regulación sin impuestos es la mitad de un pez, pero para un estado soberano, mejor que no tener ningún pez.
Agregue a la ecuación el potencial de daño de China, con sus vastas tenencias de divisas, y Rusia, y el mundo de DeFi ya tiene un comienzo en marcha. Estoy seguro de que la próxima vez que Larry Fink y Mark Carney tintineen vasos de gluhwein en el Foro Económico Mundial en Davos para felicitarse por un trabajo bien hecho, apenas se darán cuenta de lo que están ayudando a que se produzca.
Andrew Orlowski es fundador de la red de investigación Piensa en X y tweets en @andreworlowski
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Fuente: telegraph.co.uk