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Los bonos verdes seducen a las empresas: qu son y para qu sirven

En las finanzas no existen los círculos virtuosos o casi… bonos verdes, instrumentos que nacieron hace 15 años en Suecia, están creciendo en todo el mundo impulsados ​​por la necesidad empresarial de ser (y mostrarse) sostenibles. Para las empresas que los emiten, son una forma de financiar proyectos y reconversiones sostenibles. Quienes los compran suman puntos para lograr certificaciones verdes. En ambos casos, claves que abren nuevos mercados, reducen la carga fiscal y amplían operaciones. Una carrera con más y más inscritos.

A nivel local, la sucursal cerró 2021 con un volumen récord de 21 activos emitidos por más de $12 millones y US$660 millones. En lo que va de año se han emitido otros 12 títulos, cuatro en los 10 días previos al cierre de esta edición.

Aunque aún representan un porcentaje minoritario del total de operaciones, los bonos verdes han venido creciendo sostenidamente desde que, en 2019, la Comisión Nacional de Valores (CNV) lanzó el Panel de Bonos Sociales, Verdes y Sostenibles (SVS) y se incorporó al mercado de bonos. finanzas sustentables, a través de Bolsas y Mercados Argentinos SA (BYMA).

Quién puede emitirlo y condiciones

Plaza Logística fue la primera empresa en emitir un SVS, en 2019. En 2020 se realizaron cuatro emisiones y en 2021, 16. Con las 12 de este año, el mercado de capitales argentino cuenta con 33 títulos negociables de la SVS. “Hay mucha visibilidad, posicionamiento y reputación, además de los beneficios que brinda el mercado”, destaca Julieta Artal Conte, responsable de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de BYMA.

El ejecutivo asegura que detrás del boom hay un trabajo de hormiga de tres años. “Para que estas emisiones de impacto dieran sus frutos, un grupo de expertos en finanzas sostenibles dedicó muchas horas no solo a elaborar lineamientos y reglamentos, que cuentan con la aprobación del Regulador, sino también evangelizar y formar empresas para que conocieran estos instrumentos de financiamiento en el mercado de capitales”, dice.

Los bonos verdes permiten financiar proyectos que tienen un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad

Cualquier empresa, gobierno u organismo puede emitir bonos de la SVSmientras se cumple con la condiciones legales y reglamentarias vigentes para los valores negociables que solicita cotizar. “Los requisitos incluyen la existencia de una revisión externa realizada por un tercero independiente, la descripción de los proyectos que se pretenden financiar o refinanciar y el detalle de los mecanismos utilizados para garantizar la trazabilidad de los fondos”, explica Pablo Artusso , Gerente de Calificaciones de Moody’s Local Argentina.

La evaluación local de un bono verde se basa principalmente en el alineamiento con los principios desarrollados por ICMA (International Capital Market Association) y adoptados en Argentina por BYMA. El análisis incluye la evaluación del uso de los fondos, el proceso de evaluación y selección de proyectos, la gestión de los fondos y la presentación de informes periódicos.

Existen diferentes instrumentos para expedirlos, entre ellos, Obligaciones Negociables (ON), Garantías CNV Pyme ON, Fideicomisos Financieros y Fondos Mutuos Cerrados (FCI). Permiten obtener financiación para proyectos que tienen un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad.

Además, BYMA cuenta con un Panel de Bonos Vinculados a la Sostenibilidad (VS), integrado por Obligaciones Negociables y Valores Públicos. El protocolo fue aprobado por la CNV en febrero, es el primero en el mercado argentino y ya cuenta con la primer instrumento etiquetado de la empresa Red Surcos. Los emisores de estos instrumentos se comprometen explícitamente a mejoras futuras en su desempeño de sostenibilidad dentro de un marco de tiempo estipulado. A diferencia de los bonos de la SVS, los beneficios de la emisión no están vinculados a proyectos específicos, sino a propósitos generales del emisor.

Los bonos verdes cerraron 2021 con un volumen récord de 21 activos emitidos por más de $12 millones y US$660 millones

“Existe un interés creciente por parte de inversores institucionales y minoristas en invertir en este tipo de instrumentos, ya sea por mandato o por mayor compromiso y responsabilidad. En concreto, este vehículo permite que diferentes participantes del mercado sean parte del Protocolo de Kioto, del Acuerdo de París y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, añade Artal Conte.

No es solo una cosa de multis

“Si bien el mercado de bonos verdes en Argentina está rezagado respecto de otras regiones, entendemos que es un proceso que seguirá fortaleciéndose y creciendo comparativamente más rápido que el régimen general en los próximos años”, dice Artusso.

No es necesario ser grande para emitir bonos verdes. «Corrientemente hay varios casos de pymes y organizaciones civiles que están siendo financiadas en el mercado de capitales. Los bonos Techo y Sumatoria, por ejemplo, fueron casos inéditos”, afirma Artal Conte. Detrás de ellos están los Techo y suma de ONG para una nueva economía. El primero fue emitido en octubre de 2021, a través de una ONG Clase I por $18 millones y una tasa de interés Badlar + 0 por ciento. El segundo se sumó en junio con ON Pyme CNV Clase II, Serie I, para financiar sus programas de crédito para proyectos sostenibles con enfoque de género.

La lista de empresas que ya han emitido SVS incluye varios proveedores de energía. YPF Luz, que en febrero emitió un activo por US$ 63,9 millones a una tasa del 5 por ciento con vencimiento a 10 años y que utilizará para financiar su parque eólico Zonda en San Juan. Pampa Energa emitió este año una SVS por $3.107 millones también por su parque eólico en Campana.

«Emitir bonos verdes permite a las empresas diversificar su base de inversores y aumentar la demanda de sus valores, lo que permitirá reducir el coste de financiación, incluidos posibles incentivos regulatorios y fiscales. Además, las empresas pueden demostrar ser participantes activas en el desarrollo de productos y servicios sustentables”, agrega Artusso. Como beneficio, BYMA descuenta los derechos de cotización y publicación de los instrumentos etiquetados.

La ONG Techo emitió un bono verde en octubre de 2021 por $18 millones.

Beln Zermatten, gerente senior del equipo ESG & Sustainability de PwC Argentina, coincide: “Este tipo de instrumentos brinda una mejora en la diversificación de inversionistas, capturando nuevas oportunidades de negocios al aprovechar la creciente demanda de desarrollo sustentable así como la atracción de capital a largo plazo, y asegura la disponibilidad de cantidades considerables de capital requeridas para este tipo de proyectos».

ser y parecer

Enlace con un SVS añade imagen corporativa. “Estamos ante un cambio de paradigma en las finanzas: la necesidad de evaluar no solo los rendimientos financieros, sino también el objeto de la inversión. Hoy estas dos variables están íntimamente relacionadas, porque una parte creciente de los actores de los mercados de capitales e inversiones así lo exige la sociedad. ”, advierte Cristian Serricchio, socio de Impact Finance de Deloitte. Los bancos vieron la acción y ya son varios, en especial los 18 signatarios del Protocolo de Finanzas Sostenibles de Argentina de 2019, que se lanzaron a colocar bonos verdes de sus clientes.

Santander fue pionero, colocando el ON sostenible de Plaza Logística, que abrió los protocolos. También estuvo detrás del ingreso de Techo Argentina al mercado de capitales verdes. “Nuestro foco está en el campo de las energías renovables, un sector clave en nuestro objetivo de liderar las finanzas sustentables en Argentina. Al mismo tiempo, buscamos desarrollar alianzas estratégicas que nos permitan ampliar la oferta de productos y brindar soluciones diferenciales a nuestros clientes en el transición a una economía baja en carbono«, dice Ignacio Lorenzo, jefe de Financiamiento de Deuda Global de Santander Argentina.

“Hoy las empresas tienen el mandato de ser rentables, pero al mismo tiempo promover el desarrollo social y el cuidado del medio ambiente”, dice Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad de Banco de Galicia. En 2018, la entidad emitió el primer bono verde del sector privado por US$ 100 millones para ampliar el programa de préstamos para proyectos de eficiencia ambiental. El título fue firmado por la Corporación Financiera Internacional (IFC), una entidad del Grupo del Banco Mundial que apoya este tipo de instrumentos en los mercados emergentes. También desarrollaron, junto con Sistema B y SGR Resiliencia, la Línea +B especialmente dirigida a empresas con impacto social y ambiental, con foco en Empresas B.

Mariva se unió al segmento en mayo, dirigiendo la operación de Madeco Argentina, en el triple papel de organizador, colocador y garante. La empresa, certificada B, se dedica a la fabricación de madera biosintética. Emitieron $70 millones con un margen de corte sobre Badlar del 1,98 por ciento y una duración de 14,49 meses, con el objetivo de comprar nueva maquinaria de grada para conseguir una mayor eficiencia energética y refinanciar los gastos corrientes.

La lista de empresas que ya emitieron SVS incluye a varios proveedores de energía como YPF Luz.

“Si bien en Argentina aún queda mucho camino por recorrer en relación a otros países y el contexto siempre es retador, a futuro vemos mayor demanda de inversionistas en operaciones orientadas a finanzas sustentables y es un espacio donde queremos seguir desarrollándonos. , pronostica Gastón Marini, gerente de Finanzas Corporativas de Banco Mariva.

Ita Unibanco acompañó 360 Energía Solar SA., como organizador y colocador principal a través de su banca corporativa y de inversión, en la emisión de un bono verde por US$ 20 millones. “Contamos con un equipo dedicado a la estructuración y ejecución de transacciones ESG (Enviromental, Social and Governance), que ha estructurado exitosamente bonos vinculados a la sustentabilidad, verdes, sociales y sustentables para una variedad de emisores a lo largo de Latinoamérica”, comenta Mariana Coluccio, responsable de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad.

En enero de 2019, Banco Ciudad suscribió el primer Bono de Impacto Socialen alianza con inversionistas privados y el GCBA, cuyo objetivo es mejorar la empleabilidad de 1.000 jóvenes entre 17 y 24 años de la Zona Sur de CABA en situación de vulnerabilidad laboral.

“En línea con las recomendaciones globales para la emisión de bonos verdes, Banco Ciudad incorporó el desarrollo de finanzas sostenibles como uno de los pilares del plan estratégico e implementó un Sistema de Análisis de Riesgo Ambiental y Social (SARAS), con el apoyo de la Inter -Banco Americano de Desarrollo (BID). A la fecha nos ha permitido financiar 14 proyectos por un total de US$ 53 millones.«, explica Alejo Espora, su responsable de Planificación y Estudios Económicos.

¿Quién compra bonos verdes? empresas que buscan agregar imagen corporativa o acceso a certificaciones verdes o firmas requeridas para invertir en verde. “Hay inversionistas con mandatos específicos sobre dónde invertir, sumado a una nueva resolución de la CNV sobre fondos mutuos abiertos, encaminada a promover la inversión en valores negociables con impacto ambiental”, describe Serricchio.

Los bonos sociales, verdes y sostenibles añaden un plus de RSE a los beneficios convencionales. “Permiten obtener rendimientos económicos equiparables a los de la vía convencional pero en los que hay, además, beneficios ambientales y sociales. Como la inversión directa para realizar greenings, o realizar políticas ecológicas, en los denominados sectores marrones, actividades altamente contaminantes y realizar actividades con impacto social”, destaca Paula Lima, gerente de servicios de Economía de PwC Argentina. Un círculo virtuoso cotizado en bolsa.

La versión original de este artículo fue publicada en el número 344 de la revista Apertura.

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Fuente: cronista.com

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