Dos días después del acuerdo político alcanzado por los Jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete a principios de semana, los embajadores europeos dieron esta tarde luz verde definitiva a una nueva ronda de sanciones económicas contra Rusia en respuesta a la guerra. en Ucrania tras aceptar las condiciones propuestas por Hungría, según han confirmado a este diario fuentes diplomáticas europeas.
Aunque el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aceptó el lunes por la mañana el compromiso adquirido por sus socios europeos de salvar la propuesta, que llevaba casi un mes bloqueada por este Gobierno, había numerosos aspectos técnicos que consensuar y en el último minuto uno más traspiés. Surgió el bloque: Budapest negó que el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill I, estuviera incluido en la lista de personas sancionadas. Finalmente, los representantes diplomáticos europeos han cerrado todos los márgenes legales pendientes y han acordado no incluir, de momento, al líder religioso en la lista de personas que verán congelados sus bienes en la UE y se les impedirá el acceso al territorio comunitario. vetado
Con su ambigüedad sobre el papel de Vladimir Putin en la guerra contra Ucrania y su negativa a aceptar la nueva ronda de sanciones contra Rusia, Orbán ha vuelto a poner a prueba los límites de la Comisión Europea y el Consejo, la institución donde se encuentran los estados miembros. Ante la evidencia de que su unidad de acción contra Moscú empezaba a resquebrajarse, los líderes europeos optaron por el pragmatismo y acordaron dejar fuera del embargo una tercera parte del crudo ruso que compra la UE, el que llega por el oleoducto Druzhba, para No dejar sin suministros a Hungría, República Checa y Eslovaquia, países sin salida al mar y con una alta dependencia energética rusa.
A la hora de sentarse a formalizar el acuerdo, la delegación húngara llegaba con nuevas exigencias técnicas, entre ellas la retirada de Cirilo I de la nueva ronda de sanciones, y las negociaciones se han prolongado dos días más en un clima de animosidad creciente hacia Budapest. han explicado fuentes diplomáticas. La decisión final se tomó esta tarde durante una reunión celebrada en Luxemburgo. El paquete de medidas, el más complicado y ambicioso de todos los aprobados hasta ahora por la Unión Europea, incluye, además del embargo parcial al petróleo ruso, la expulsión de varios bancos más de la plataforma de pagos Swift y el veto a cuatro medios puntos de venta de comunicación, y la ampliación de la lista de personas cercanas al Kremlin sancionadas.
El impacto económico de las sanciones europeas se hace sentir, cada vez más, en todas las partes implicadas y tras el difícil paso de vetar la llegada del petróleo ruso (a finales de año, Alemania y Polonia dejarán de importar la parte que reciben a través del gasoducto de Druzhba para que las importaciones se reduzcan en un 90%) muchos líderes europeos se mostraron reacios a empezar a hablar de un hipotético embargo sobre el gas ruso. “Estamos entrando en una fase muy difícil. Detengámonos un momento y veamos qué efecto tiene”, propuso el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, en línea con las declaraciones de otros mandatarios. Moscú tiene la llave del 40% del suministro actual de gas en la UE.
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