Panzón, barbudo y viejo, parece que el concepto de Papá Noel corre más lento que los cambios sobre este tipo de figuras míticas masculinas que se dan en cualquier sociedad en proceso de deconstrucción. Su tradición no es inclusiva y se mantiene.
Papá Noel es cálido y arraigado. Persiste en los anuncios (con algunos actualizarnunca con un cambio de género), en filas para sacarse una foto con él en centros comerciales y en las chimeneas de casas de todo el mundo y de Argentina.
Su simbolismo es tan fuerte que a estas horas uno no deja de decir que Lionel Messi es nuestro Rosario Santa. El que nos trajo la Copa. Sin trineo pero en un autobús con sus «ayudantes» y bebiendo fernet.
Sin embargo, el hecho de que un concepto sea fuerte no significa que permanezca tan imborrable como en generaciones anteriores. «Elijo creer»otra frase mundialista que encaja bien con esta creencia de origen nórdico.
¿Qué significa Papá Noel para la opinión pública? Una encuesta a nivel nacional de la consultora D’Alessio IROL, exclusiva para Clarínreveló que Es una figura integrada en las familias, pero que podría estar disminuyendo. El 79% de los padres y madres cree en su presencia y al 84% le gustaría que esta ilusión perdurara en sus hijos o hijas.
¿Por qué su figura estaría disminuyendo? Según el estudio, basado en 500 encuestados mayores de 18 años, tecnología y «el mayor peso de la realidad» ellos estarían presionando para que sean menos los niños que sigan creyendo en la magia de Papa Noel: solo la mitad de los adultos asume que en realidad permanece en los niños actuales.
Lo que es indiscutible, al mismo tiempo, es el impulso consumista que corre junto a ese barbudo, barbudo y viejo. Regalos no manchan y siguen preguntando por carta. Lo que cambia es el artículo de esos deseos y la posibilidad de compra.
Él creencia en Santa Claus antes de que fuera cuestión de edad. Cuantos más chicos, más posibilidad de creer en ese hombre del traje rojo. Los adultos de hoy, detalla la encuesta, asumieron durante la infancia que Santa Claus era real y algunos lo creyeron hasta los 9 años. La mayoría, el 38%, hasta los 7 años. Hoy es más una cuestión de que cada familia decida cuánto tiempo conservar ese símbolo navideño clave.
Los cambios, bajo el arbolito
¿Qué pedían los que ahora tenían hijos y qué piden hoy esos chicos? Según las respuestas, los obsequios solicitados, que en su mayoría fueron recibidos por adultos cuando eran niños, eran para jugar «activamente»: una bicicleta, pelotas, muñecas, juegos de mesa. Eso cambió con su descendencia: el videojuego tomaron la punta de los regalos.
El 62 % de esos niños le escribieron cartas a Papá Noel y, en general, recibieron regalos similares a los que ordenaron. Entre las razones que recuerdan para tener ligado otra cosa es «no alcanzaba con lo que ganaban» sus padres o «no había dinero». En la misma línea, hoy a los «grandes» les gustaría encontrar «viajes» o «dinero extra».
Y aunque la creencia en Papá Noel parece haber disminuido en los niños, el entusiasmo de los pequeños que siguen escribiendo las cartas se mantiene al mismo nivel, sobre todo entre los más pequeños y con niños menores de 11 años.
Emiliano Fourcade y su pareja, Natalia, de San Justo, saben más que nadie de juguetes. No los fabrican ni los venden. Es un nivel superior: son dueños de jardín de infantes, donde finalizó el ciclo con saludos de suerte para que Papá Noel cumpla con el pedido. Además, son padres.
“Mis hijos siempre pedían cartas y esta vez las dejaban en la clásica tienda de juguetes y adornos navideños de los centros comerciales”, cuenta. Su hijo, Joaquín, tiene 9 años y pidió una pelota de baloncesto. El año pasado, algunos muñecos de Looney Tunes. Martina tiene 6 años y pidió una bicicleta, las navidades pasadas recibió un llorón.
En este giro hacia la tecnología hoy, donde los niños piden tabletas o videoconsolas, en ese pasado de padres y madres en la infancia, la bicicleta fue lo mas solicitado, 43%. «La bici» cruzó género y nivel socioeconómico. Pero en ese momento había algunos condicionados por el sexo, como la pelota y los carros, que eran solicitados por el 50% y 53% de los chicos y solo el 4% y 2% de las chicas. O las muñecas, la cocina o los patines, sus regalos favoritos.
Otro factor definitorio de los obsequios recibidos, independientemente del género, fue el nivel socioeconómico, como los juegos de mesa: más presentes entre los deseos de los chicos de sectores de altos ingresos.
Roberto Ramella (41), de Francisco Álvarez, a los 3 años pidió un camioncito. Su hija, Olivia, de esa edad, ahora le pide una muñeca a la potranca Margarita, un personaje de la granja zenón. Su madre, Alejandra, de 36 años, en ese momento de su vida le pidió una muñeca, la típica con trenzas.
Azul, de 8 años, de San Miguel, es más específico y le dispara animado ¿Qué ves desde la computadora?. Escribió en la carta que quería «un Sr. Quimera, un Sr. Pingüino (animales de peluche), un cosplay de Yor o Añya (todos los personajes de Spy x Family)». Su padre, Víctor (39) a esa edad pidió a Pantro de los Thundercats. Y su madre, Sabri, de 41 años, había pedido «una Barbie».
“Mi hijo es medio analógico y pidió unos esqueletos de dinosaurios para armar. Tiene seis años, es que no cree en Papá Noel”, dice Malena. “El mío pidió una versión cómica del diario de Ana Frank, tiene 8 años y ya no cree en esa cifra”, cuenta Guada. El hijo de Ludmila, de la misma edad, sí cree y pide «algo de realidad virtual y el Play 5». Su hija de 4 años pidió «muñecas Bellis, Lol (las sorpresa), disfraces de la película Encantamiento y peluches de la Patrulla Canina».
Creer, no creer o elegir creer
Según la encuesta, solo la mitad de los que conviven con niños asumen que siguen creyendo en Papá Noel. Aumenta al 64% entre aquellos con niños pequeños y aquellos en el nivel socioeconómico más bajo.
La mayoría de los adultos, 8 de cada 10, Ojalá los niños conservaran «la magia de Santa Claus». Sobre todo las mujeres, donde pesa más el deseo que dura. El nivel socioeconómico influye en quienes quieren acabar con este mito.
¿Por qué está bien que creas en Santa Claus? El 62% dijo que porque «es una gran ilusion». El 79% de estas respuestas provino de las madres. 21% del total dijo que «por tradición navideña» (la mayoría de los padres, 29%) y el 9% que piensa que está bien «hacer mantener la inocencia de alguna manera» (10% padres y 8% madres).
Y a los que no les parece bien que crean en Papá Noel, ¿qué razones esgrimen? El 42%, la mayoría, dijo eso porque “es un invento capitalista”. Dentro de este grupo, el 63% corresponde al sector de ingresos bajos y medios. El 37% dijo que «porque es un invento/engaño». Y el 21% aseguró que prefiere que sus hijos no crean en esa cifra «porque se aleja un poco de la fe católica«.
¿Qué dice la psicología? Para Eduardo Tesone, médico de la UBA y psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), «sería beneficioso para las vivencias internas de los niños que no te pierdas la creatividad de tus ilusiones apropiadas para la edadHabla de una riqueza emocional en ese imaginario infantil.
«Su imaginación a menudo se desarrolla a través de estructuras ficticias, en el que el mundo mágico tiene un lugar destacado. Más allá del valor religioso que la figura de los Reyes Magos adquirió para los cristianos, principalmente de Oriente, como ofrenda al nacimiento de quien sería considerado el Mesías, su valor trasciende lo religioso para ofrecer al niño una estructura ficcional que da vuelo a su imaginación», afirma, lejos del credo.
Y el hecho del don en sí mismo, esperado, ¿es beneficioso? “El objeto dado no es esencial. Lo significativo es que la historia contada es un momento en el que los padres pueden conversar con sus hijos y hablar de sus expectativas, de sus deseos, es decir, que es una historia compartida en la que lo importante no es el valor real del regalo sino el valor celebratorio que tiene«.
Para Fernanda Rivas, especialista en niñez y adolescencia y asesora del Departamento de Pareja y Familia de APA, también es necesario pesa los regalos.
“Los niños tienden a apegarse a ciertos juguetes, que generalmente no son ni los más caros, ni los más bonitos, ni los más nuevos, sino aquellos elegidos y cargados de un significado especial, como los que les ayudan a separarse de sus padres, conocidos dentro del psicoanálisis como objetos de transición«, le dice a Clarín.
¿Cuál es el significado del objeto con el que se juega? «Cualquier juguete, incluso si es un producto terminado y apto para la venta, se ‘fabrica’ durante el juego, solo un niño puede darle vida y hacerlo funcionar. En el otro extremo, hay niños que no pueden jugar aunque están llenos de juguetes», marca. El juego es clave en el desarrollo.
“Ni siquiera necesitas ningún objeto en particular. Puedes jugar con las ideas, con las palabras, con los gestos, con los movimientos. Pueden usar sus propios cuerpos, o partes”, cierra.
AS
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Fuente: Titulares.com