La ambigua posición adoptada por Argentina a solicitud de Alberto Fernández en el marco de la reunión convocada con carácter urgente por el consejo permanente de la Organizacion de estados americanos (OEA) para abordar la crisis política en Nicaragua despertó el rechazo del expresidente Mauricio Macri, quien condenó este lunes que el Gobierno haga «silencio» ante la detención arbitraria de líderes opositores.
La semana pasada, Fernández tomó nota en conversaciones con la canciller Felipe Sol sobre la ola de detenciones ordenadas en Nicaragua por el matrimonio de Daniel Ortega Y Rosario Murillo, que ocupan la presidencia y vicepresidencia del país, con el objetivo de proscribir e incluso disuadir la participación de 13 líderes opositores en las elecciones que se realizarán en noviembre.
La OEA condenó este martes la violación de los derechos humanos en Nicaragua y pidió la «liberación inmediata» de los presos, luego de una reunión en la que varios países pusieron en duda el proceso electoral en curso. Todos los países acompañaron, con excepción del voto en contra de Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Bolivia, y el abstenciones de Honduras, México, Argentina, Blice y Dominica.
Posteriormente, la Cancillería en conjunto con México emitió una demostración de «preocupación» por el arresto de figuras políticas, y pidió la «revisión» de esos encarcelamientos por el proceso electoral nicaragüense «reciben el adecuado reconocimiento y acompañamiento internacional». Tangencialmente, deslizó la posibilidad de que esto configurara una «persecución política», que dijeron rechazar.
Minutos después, Macri cargó contra la decisión y consideró queEl Gobierno «guarda silencio ante las violaciones de derechos humanos»; en este caso, «abstenerse de votar en la OEA condena al régimen de Ortega, que arrestó, entre otros, a cuatro candidatos a la presidencia».
El Gobierno prefirió guardar silencio sobre los detalles que llevaron a no acompañar la resolución de la OEA, a pesar de compartir el fondo del asunto. Sin embargo, el comunicado emitido por la Cancillería reporta una velada crítica a la OEA y su conducta, en manos del uruguayo. Luis Almagro, a quien el Gobierno atribuye el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia.
«No estamos de acuerdo con los países que dejan de lado el principio de no intervención en los asuntos internos, tan caro a nuestra historia. Ni con la intención de imponer pautas desde afuera o de prejuzgar indebidamente el desarrollo de los procesos electorales», dijo el Gobierno. , tras lo cual llamó a la OEA a «retomar el espíritu constructivo de su Carta».
La delicada situación en Nicaragua motivó al Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, se comunicó con Sol el viernes pasado. Según Washington, Blinken «enfatizó el deseo de seguir consolidando la historia de cooperación entre Estados Unidos y Argentina en la promoción de los derechos humanos y la democracia», en un intento de aproximar al Gobierno a la posición estadounidense. Esta vez no fue suficiente.
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Fuente: www.cronista.com
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-06-15 21:52:02