Emmanuel Macron se mostró ayer optimista sobre la posibilidad de construir «mayorías constructivas» en la Asamblea Nacional que permitan gobernar. En rueda de prensa en Bruselas, tras el Consejo Europeo, el presidente francés trató de restar importancia al resultado de las elecciones legislativas del pasado domingo, en las que sus partidarios, la coalición Ensemble (Juntos), estuvieron lejos de la mayoría absoluta que tenían para el últimos cinco años.
El líder francés, duramente criticado por la oposición tras su discurso televisado de la noche del miércoles, que le pareció demasiado vago, recordó que la «vitalidad democrática» se expresa en Europa en mayorías relativas. Insistió en que es la normalidad en los países de nuestro entorno, con hasta siete socios en ocasiones, y citó los casos de Alemania e Italia. También aludió a la mayoría relativa que había en Francia en 1988. El presidente comentó irónicamente los reproches que le hacían a menudo por tener «demasiado poder», por «una mayoría demasiado clara», mientras que ahora hay alarma por la eventual ingobernabilidad.
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Macron se mostró confiado en que será posible establecer una mayoría «con los partidos de Gobierno», ya sea en forma de coalición o acuerdos específicos en cada proyecto de ley. El concepto de “partidos de gobierno” es interesante. Se utiliza con frecuencia en la jerga política francesa para referirse a formaciones con experiencia en el gobierno y moderados. Esa categoría incluiría republicanos (LR, derecha), socialistas e incluso ambientalistas. La izquierda radical y la extrema derecha quedarían fuera.
Macron regresó ayer a París para un breve descanso antes de dirigirse a los Alpes bávaros para la cumbre del G7. Luego volará a Madrid para la cumbre de la OTAN y luego a Lisboa para una reunión de la ONU sobre los océanos. Es muy poco probable que durante este período de ausencia se deshaga la crisis interna francesa.