Ante la ignominia ocurrida en Menfis, sorprenden las declaraciones de algunos conocidos de Tire Nichols.
A los 29 años, la última víctima de la brutalidad de los uniformados en los Estados Unidos había considerado recientemente convertirse en policía. “Estaba hablando de que tal vez la forma más fácil de cambiar el sistema era convertirse en el sistema”, explicó a Los New York Times Angelina Paxton, una de las amigas más íntimas del hoy fallecido, de la época en que vivía en Sacramento (California) con su padre.
Su padre murió cuando Nichols aún estudiaba en el instituto. Iba de trabajo en trabajo. Encontró su vía de escape en la fotografía, los atardeceres y el skate. Tenía un hijo al que no veía por la distancia.
Porque en 2020 decidió mudarse a Memphis. Quería volver a empezar y estar cerca de su madre, RowVaughn Wells, y de su padrastro, Rodney Wells, quien le consiguió trabajo en FedEx, la empresa de mensajería donde también trabaja.
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El sábado 7 de enero, alrededor de las 8:30 p. m., la policía lo detuvo cuando conducía hacia la casa de la familia. Lo estaban esperando para la cena. Él nunca vino. La madre lo vio en un hospital. Estaba horrorizado por su rostro distorsionado y los tubos a los que estaba conectado. Murió tres días después del encuentro con la policía. La autopsia determinó que la muerte se debió a daños internos y pérdida de sangre por una golpiza.
Este viernes, al día siguiente del arresto (hoy en libertad tras pagar la fianza) y acusación de cinco agentes (afroamericanos como su víctima) por asesinato, secuestro y más, se difundieron los cuatro videos que ilustran la tragedia de Nichols.
Estados Unidos vio con conmoción el video de la golpiza fatal que cinco policías propinaron a un conductor
No hay imágenes que expliquen el motivo de la parada. La jefa de policía Cerelyn Davis dijo que los oficiales que lo detuvieron estaban en un vehículo nuevo que aún carecía de la cámara. Supuestamente conducía en la dirección equivocada, pero la propia Davis enfatizó que no han encontrado pruebas de que Nichols condujera de manera imprudente.
Lo que se observa es que en ese primer momento, el conductor permanece tranquilo, mientras los policías lo tratan como si fuera el tipo más buscado del país. “No he hecho nada”, dijo Nichols. Los demás le gritaron que se acostara en el asfalto. «Ya estoy en el suelo», respondió. Y agregó: «Solo estaba tratando de irme a casa». En medio de la histeria policial (uno se roció con gas pimienta a sí mismo ya un colega) y sabiendo lo que podía pasar, salió corriendo. Uno lo persiguió con el taser.
Pronto lo cazaron. La imagen del tercer video está tapada durante la golpiza, pero se pueden escuchar los golpes, los gemidos y sus últimas palabras: “Mamá, mamá, mamá”. Cuando llegó un juzgado de policía, sin que nadie comentara la pandilla a la que se reducía Nichols, la imagen volvió y los agentes, a modo de taberna, intentaron justificar la infamia. «Me iría muy bien», remarcó. La víctima no tenía armas ni drogas.
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El cuarto video, de una cámara de la calle, es duro en su crueldad. Está la crueldad con puñetazos, patadas (un policía sale cojeando por la fuerza aplicada) y las palizas. La ambulancia tardó 22 minutos.
“Es otro doloroso recordatorio del miedo, el trauma y el agotamiento que los ciudadanos negros y morenos experimentan a diario”, enfatizó el presidente Joe Biden después de la transmisión.
Memphis desmantela la unidad Scorpion, en la que iban los imputados, por su supuesta brutalidad
Muchos oficiales de policía expresaron su consternación por el uso innecesario de la fuerza y la total falta de humanidad. En Memphis y muchas otras ciudades hubo manifestaciones de protesta. Aún se esperan más.
Y nuevamente se habla de reforma policial. Pero todo sigue igual a pesar de la gran movilización tras la muerte de George Floyd en mayo de 2020. Peor aún. En lugar de bajar el número de muertes a manos de los uniformados, los datos indican que ha aumentado.
Pero Memphis, en medio del escándalo, anunció este sábado el desmantelamiento de la unidad Scorpion de la que formaban parte varios de los imputados. Esta unidad, creada para operar en zonas de alta criminalidad, levantó sospechas de que sus miembros cometían todo tipo de abusos con impunidad.
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