Marcelo Gallardo desempolvó una vieja receta para que River vuelva a brillar el plato de la copa de los últimos años y sea el único equipo argentino en los cuartos de final de la Copa Libertadores. Contra Argentinos, el Muñeco cambió el esquema, puso a Bruno Zuculini para armar un doble cinco con Enzo Pérez y su formación fue más sólida. Esta modificación recordó esa pareja que juntaron Matías Kranevitter y Leonardo Ponzio en la Copa 2015 cuando los de Núñez eliminaron a Boca y luego se proclamaron campeones.
La entrada de Zuculini al equipo supuso un nuevo as en la manga de Gallardo, de la que no paran de salir letras, sobre todo cuando se enfrenta a una situación extrema como la anterior del cruce con Argentinos. Aunque estuvieron igualados, el gol visitante siguió siendo una ventaja para el equipo de Gabriel Milito y River tuvo que marcar al menos un gol para aspirar a llegar a cuartos de final.
Cuando decidió irse, Gallardo convenció a Zuculini de que se quedara. Tenía un lugar para él. Foto: EFE / EPA / Marcelo Endelli / PISCINA
Y en el fútbol se sabe, muchas veces, que para golpear hay que pedir más atrás. Eso es lo que hizo Gallardo. Dejó de lado su 4-3-3 favorito de los últimos tiempos por un tiempo y apeló a un 4-4-2 para sumar un mediocampo más mediocampo, variante que era evidente que era necesaria para River en estos momentos para que vuelva a ser un equipo fiable y seguro.
Así fue en La Paternal. Porque la presencia de Zuculini liberó a Enzo Pérez y le hizo jugar más tranquilo y protegido. Y también le dio seguridad a la zaga central. Paulo Díaz y David Martínez no quedaron expuestos como en otros partidos. Al fin y al cabo, aunque todas las luces se centraron merecidamente en Braian Romero para sus dos goles, El partido fue el doble cinco de River, principalmente Pérez, que destacó notablemente: Tuvo 10 recuperaciones, 45 pases exitosos, 30 de ellos en el campo contrario (en esas tres áreas fue primero) y una efectividad del 87 por ciento de sus pases. Además, ganó 4 de 5 duelos en balones largos y 6 de 11 en el suelo.
«Con Zuculini busqué rigor, temperamento y que Enzo Pérez tuviera la ayuda que necesitaba. Enzo tuvo la posibilidad de soltarse como hacía por momentos y Bruno lo acompañó bien. Y también pudimos liberar a Carrascal y De La Cruz. Zuculini nos dio equilibrio, su aporte fue fundamental”, Comentó Gallardo en la rueda de prensa tras la victoria sobre Argentinos.
El antecedente de este doble cinco entre Pérez y Zuculini, que quizás no sea el más común en el ciclo de Gallardo, nos remite a la Copa Libertadores 2015, donde hubo un tándem similar: en esa ocasión, el Muñeco sacó del elenco titular a Leonardo Pisculichi y Ponzio se unieron a Kranevitter para la serie de octavos de final contra Boca.
Ponzio y Kranevitter disputan el balón contra Daniel Osvaldo en el Boca-River de gas pimienta. Foto: Archivo Clarín.
En ese momento, River había perdido la magia del semestre anterior, en el que había sido campeón de la Copa Sudamericana, con un Pisculichi magistral que jugaba de enganche en un 4-3-1-2. Gallardo vio que era necesario un cambio y armó un equipo más granítico, apoyado en el medio por la dupla Kranevitter-Ponzio. En ese caso, fue el santafesino el que más soltó para presionar en el campo contrario.
¿Habrá llegado para quedarse este doble cinco entre Pérez y Zuculini? ¿O será para irse a jugar la Copa? «Ningún juego es igual que otro. Y cuando no tienes margen de error, lo importante es poder estar presente. Y una vez más lo fuimos», dijo el Muñeco, sin dar pistas sobre si a partir de ahora continuará con este nuevo esquema. Lo que sí está claro es que River -como tantas otras veces- parece haber hecho «un clic», como admitió el propio Gallardo y que el «clic» puede ser fundamental para un semestre lleno de retos.
Fuente: Clarin.com