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Martín Soria, el ministro que bajó el perfil y empieza a ser observado en el Gobierno por su falta de resultados /Titulares de Política

Cuando a finales de 2020 Cristina Fernández de Kirchner habló de «funcionarios que no trabajan», no distinguió entre género. Pero poco después, con las salidas de María Eugenia Bielsa de Desarrollo Territorial y Hábitat y Marcela Losardo de Justicia, se interpretó que los blancos de la vicepresidenta, al menos en ese momento, eran esas dos mujeres.

Estos días, dentro de la Casa Rosada, en el Instituto Patria y también en el Congreso, el «no funciona» se aplica a un ministro que luego de comenzar su gestión con un perfil muy alto, hasta el momento no ha logrado los consensos necesarios para avanzar en los principales objetivos que se había marcado.

El nuevo titular de Justicia, Martín Soria, lleva algo más de dos meses trabajando y poco tiene que mostrar. El propósito principal por el que vino fue Avanzar en la promulgación de leyes claves para el kirchnerismo incluidas dentro del paquete de reforma judicial que presentó Alberto Fernández en 2020 y con el que insistió en su discurso inaugural en 2021.

Cristina Kirchner promovió a Martín Soria dentro del Gobierno.

La prioridad era reforma del Ministerio Público, que ya tiene media sanción en el Senado de la Nación, pero que carece de pulgar hacia arriba en la Cámara de Diputados. Soria, que acababa de presidir la comisión de Justicia precisamente en Diputados, se fijó como objetivo central en el primer mes de ministra, en el que tuvo al menos cinco reuniones en las que buscó apoyo de fiscales y jueces a una norma cuyo principal argumento es modificar la forma de nombramiento del procurador, con mayoría absoluta y no dos tercios del Senado.

También intentó influir en la opinión de los diputados que van a decidir el futuro de esa ley, aunque hasta ahora sin éxito. Tuvo una prometedora charla el 12 de mayo con José Luis Ramón de Mendoza, que de su bloque en el Congreso podría obtener seis votos extra y sumar apoyo al voto interno. Pero, sin el número necesario para ser aprobada, la ley se mantuvo en espera.

El ministro de Justicia Martín Soria con el diputado José Luis Ramón.

El ministro de Justicia Martín Soria con el diputado José Luis Ramón.

Incluso un voto que podría sumarse fue desactivado cuando Soria asumió el cargo en el ministerio. Fue el de Luis di Giácomo de Río Negro, del bloque Ramón, pero que está a nivel provincial con Soria y lo llamó «denunciante serial, pendenciero y conflictivo». Desde aquella reunión con el diputado mendocino, no avanzó más en el tema.

Daniel Rafecas, candidato de Alberto Fernández a la Fiscalía, ya ha advertido que no asumirá si cambian las reglas del juego y no resulta elegido con dos tercios del Senado. En el intento de desplazar al fiscal interino Eduardo Casal, no hay un reemplazo a la vista. Quizás ese no sea el papel de Soria, aunque, se reforme o no la ley del Ministerio Público, se debe construir un candidato con posibilidad de sortear el filtro del Congreso.

En lo discursivo Soria comenzó con un tono muy alto, apuntando en contra de las reuniones que Mauricio Macri sostuvo en su presidencia con funcionarios del Poder Judicial. y facilitando las solicitudes de nulidad realizadas por Cristina Kirchner en los casos que la involucran, pero no avanzó en el diálogo con la Corte Suprema, que en su gestión se despachó con un fallo adverso para el Gobierno cuando habilitó el dictado de clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires y que, incluso con audiencias de por medio, todavía hay tiempo para generar un dolor de cabeza para La Nación respalda el reclamo porteño de retiro de la coparticipación.

«La Corte decidió hacer un show mediático y se prestó al juego de Larreta», dijo Soria en ese momento sobre el conflicto educativo, cumpliendo su rol de kirchnerista duro pero duro. siendo prácticamente anulado para poder articular algún tipo de diálogo con cualquiera de esos dos actores: los jueces y la Ciudad.

El presidente de la Asociación de Fiscales y Funcionarios de la Nación, Carlos Rívolo, visitó al ministro de Justicia Martín Soria.

En una estructura tan vertical como la del kirchnerismo, Soria se cruzó en voz baja internamente. Para muchos No es casualidad que en ninguna de las reuniones con el Ayuntamiento para la distribución de fondos haya habido representantes del Ministerio de Justicia., sino del Ministerio del Interior, que tiene la supervisión del tema. Y que las audiencias de conciliación en el más alto tribunal han sido abogados del Ministerio de Economía, cuando del lado de la Ciudad la representación estaba dividida entre Hacienda, Justicia y Seguridad y la Procuraduría bonaerense.

En el ámbito estrictamente judicial tampoco obtuvo apoyos relevantes. Más allá de las primeras reuniones con funcionarios del sector, no ha resuelto las vacantes que existen por ejemplo en la Sala Civil y en el fuero de familia, sumadas a la larga lista de magistrados suplentes que existen en todos los juzgados y deben ser reemplazados por co- jueces. Hoy está retenido en el Ministerio de Justicia, que no lo envió al Senado para conseguir el acuerdo.

Soria bajó el perfil a su cuenta de Twitter, donde solía disparar munición gruesa. Hoy, con poco que mostrar del Poder Judicial, se celebra la llegada de las vacunas y la política de salud del gobierno.

PDL

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Fuente: Clarin.com

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