">

Más que la Selección, necesitábamos que el campeón fuera Messi /Titulares de Deportes

Desde el episodio de Diego Maradona con la maldita efedrina en ella Mundo 94 se quedaron con una mueca de nostalgia por lo que pudo haber sido y un puñado de recuerdos: la postal de la enfermera de blanco, la calidez de Julio Grondona y una frase memorable de Alejandro Dolina: «No sé si quería tanto que Argentina se convirtiera en campeón como que Diego fuera campeón». En ese momento, no era necesario ser fundamentalista de la causa maradoniana para estar de acuerdo con el negro. Se sabía que era su último Mundial, que había hecho un esfuerzo físico notable, que era ahora o nunca. Diego mereció cerrar la fiesta en un escenario.

Hasta la noche del sábado sucedió algo similar con Messi. La final contra Brasil fue una de sus últimas fichas con la Selección. Fue el momento. Tras 16 años del debut con la celeste y blanca se merecía la foto besando el cristal.

De ahí la emoción, de ahí las lágrimas. De él y sus compañeros. Que la Selección haya ganado la Copa América se celebra, pero que Messi la haya ganado es para celebrarlo de forma salvaje.

Ahora podemos decirlo, podemos gritarlo: no sé si queríamos tanto que Argentina saliera campeón como que Messi saliera campeón.

El partido estaba demasiado apretado para que Messi lo tuviera claro. Ni él ni Neymar pudieron desatarlo. Parecía que Leo se hundía en el oscuro túnel de la resignación, hasta que Di María provocó la explosión. No importó si la Pulga no conectó un tiro libre en la esquina o si no arrastró a tres brasileños. Esta vez no, esta vez dice que rompió el maldito karma y que finalmente pudo gritar «¡campeón, maldita sea!» con el azul y el blanco.

Aunque no brilló en esta final, Leo tuvo una actuación extraordinaria durante toda la copa. Vio una de sus mejores versiones. Estaba enchufado, en juegos, deseando desesperadamente romper el hechizo. Y lo logra.

Más que un trago, fue un acto de justicia. Por Leo, por Brasil, por el Maracaná. Ahora sí, ahora Messi puede escapar a las espantosas comparaciones. Eso es: es campeón con la Selección.

El cierre del partido fue para quedarse en el recuerdo: por primera vez y después de tantas frustraciones, Messi se arrodilló a llorar de emoción. Todos los jugadores argentinos corrieron a abrazarlo, a compartir su emoción y lágrimas. No fue una celebración colectiva, fue una celebración con Leo. La noche que no brilló el crack, sus compañeros se aseguraron de que todo fuera posible. Y se lo dedicaron a él, al capitán.

Ahora podemos decirlo, podemos gritarlo: no sé si queríamos tanto que Argentina saliera campeón como que Messi saliera campeón.

Palabras clave de esta nota:
#Más #Selección #necesitábamos #campeón #fuera #Messi
Fuente: perfil.com

Salir de la versión móvil