A tres semanas de conocerse el veredicto del segundo juicio por la muerte del periodista Débora Pérez Volpin (51), este miércoles se llevó a cabo una nueva audiencia contra el exdirector del Sanatorio La Trinidad, por encubrimiento, y un técnico en instrumentación quirúrgica, por falso testimonio.
En esta ocasión, el Tribunal Oral y Correccional N° 26 se centró en Roberto Martinganoexdirector del Sanatorio La Trinidad, quien es juzgado por el delito de encubrimiento, el cual tiene pena de hasta tres años de prisión. Los testigos de este día fueron los mismos que en el juicio anterior pero, en esta ocasión, la declaración del dueño de la empresa proveedora y de un técnico cobró gran notoriedad al conocerse el caso. origen del endoscopio y saber dónde estaban las páginas restantes del informe médico.
El dispositivo entregado por el Sanatorio de la Trinidad a la Justicia como el utilizado en la endoscopia fatal practicada al periodista tiene la número de serie borrado y no funciona. Para investigar el origen del dispositivo, Juan Carlos Nievas, propietario de la empresa proveedora, inició este día su declaración. Bioconfianza.
«Nievas dio información que corrobora que la documentación de compra del equipo de endoscopia que aportó Martingano, está al menos dudoso«, dijo Diego Pirota, abogado de la familia Volpin.
“La persona que vino hoy a declarar reconoció que supuestamente vendió el equipo médico usado y que no corroboró la trazabilidad del equipo. Además, dijo que este dispositivo que tiene el número de serie archivado, no puede afirmar que sea el que vendió”, agregó.
Para Pirota, por parte del exdirector «ya no se dedican a defenderse, sino a trasladar la responsabilidad a otra parte porque lo que hicieron es indefendible».
Nievas afirmó en la audiencia que ese equipo no era de su empresa, pero luego confirmó que se trataba de un dispositivo «usado» que compró a Otero, un proveedor independiente de servicios de mantenimiento. Sin embargo, cuando Otero declaró, «manifestó que nunca se dedicó a vender equipos a Trinidad y que sólo realizaba servicios en equipos distintos al endoscopio».
«Entonces, peritos en informática declararon que advirtieron que el procesador del endoscopio tenía el número de serie archivado y que el CPU proporcionado por Trinidad había sido usado por última vez en 2016, es decir, dos años antes de la muerte de Débora. En otras palabras, confirmaron que Lo que dio el Sanatorio nunca pudo usarse en el estudio realizado a Débora«, explicó Pirota.
Otro foco importante en la audiencia del miércoles fue saber dónde estaban las 36 páginas de un informe de 60 páginas con datos sobre el funcionamiento del corazón de Débora. Son de vital importancia porque demostrarían que el anestesiólogo no había conectado el multiparamétrico (que registra los signos vitales) y, por tanto, No controlaba el ritmo cardíaco de Débora durante la endoscopia.
Esta tarde prestó declaración el técnico electromédico de Trinidad, Juan Martín Chávez, quien había prestado testimonio en el primer juicio. Afirmó que «imprimió y entregó personalmente las hojas de informe a Martingano».
“En el primer juicio, Martingano había suprimido las primeras 36 páginas y había dicho a la prensa que lo sucedido pasó porque Débora tenía una enfermedad preexistente. Hoy esta técnica dijo que la directora siempre supo que ella no estaba conectada y por eso las hojas estaban en blanco. Hoy el ingeniero Chávez nos confirmó que quien ocultaba las impresiones era el exdirector de Trinidad”, afirmó la defensa.
Y agregó: “Después de cinco años, a principios de 2023, dijo que había encontrado, sorprendentemente, las sábanas en un cajón. Y es más, ahora dice muy a la ligera que Deborah no estaba relacionada. Ahora él no niega que ella lo sabía, ya lo reconoce”.
En este juicio también se acusa al instrumentista Miriam Eliana Frías «por omisión de testimonio», lo cual se juzga como falso testimonio y por el cual podría recibir una sentencia de hasta cuatro años por la muerte del ex periodista y legislador porteño fue el 6 de febrero de 2018 en el Sanatorio de la Trinidad de Buenos Aires.
En el primer caso, el endoscopista encargado del procedimiento, Diego Bialolenkier, fue condenado a tres años de prisión suspendida e inhabilitado para ejercer la medicina por siete años y seis meses. Además, en ese mismo expediente quedó absuelta la anestesista Nélida Puente. Por estos dos hechos, el tribunal ahora intentará determinar si Martingano encubrió a sus ex empleados.
«Una vez más hay más dudas que certezas, más ocultamientos que verdades, más obstáculos para conocer la verdad», concluyó Pirota.
#más #testigos #complican #director #Trinidad #por #endoscopio
Fuente: Titulares.com