Tres semanas pueden ser una eternidad en situaciones económicas delicadas, como la transición del gobierno de Alberto Fernández al de Javier Milei en Argentina. En este lapso, los exportadores tienen sus productos retenidos, esperando una devaluación inevitable, y los proveedores de productos de primera necesidad ralentizan las entregas, sabiendo que los precios actuales no serán los mismos en el futuro.
Esta transición plantea riesgos significativos para el mercado, desde desabastecimiento hasta devaluación desordenada y aumento de precios. Sergio Massa, ministro saliente, espera que Milei dé señales tranquilizadoras para evitar una salida masiva de depósitos y una devaluación sin control. Sin embargo, hasta ahora, no se han cumplido estas condiciones.
Milei y su equipo defienden la flotación cambiaria y confían en que el mercado se estabilizará pronto. Aunque Milei ha aceptado que su proyecto de dolarización no será aplicable de inmediato, no ha explicado un mecanismo de transición claro. Además, menciona gestiones con fondos de inversión extranjeros para financiar el rescate de las Leliqs y habla de «cierre del Banco Central», lo que genera escepticismo en el mercado.
La falta de claridad en el equipo de Milei complica la transición, ya que los funcionarios salientes no tienen un interlocutor con un plan económico definido. Massa se enfrenta a decisiones urgentes en el plano cambiario, como mantener una tasa de crawling peg o dar un salto devaluatorio. La opción de devaluación directa parece descartada, ya que podría generar un contagio de precios.
La falta de reservas en el Banco Central y la reticencia del FMI a desembolsar fondos complican aún más la situación. Además, los yuanes del swap con el Banco Central Chino no estarán disponibles hasta que se renueve el acuerdo con el nuevo gobierno.
En este contexto, no se percibe optimismo en el mercado sobre una transición sin sobresaltos financieros. Lo que se espera es una apertura de la información fiscal y de deuda del BCRA por parte del nuevo gobierno, sin asumir responsabilidad compartida con el gobierno saliente.
A pesar de esto, el mercado cripto se mantiene estable y el mercado bursátil ha reaccionado positivamente a las primeras definiciones de Milei sobre reformas estructurales. Sin embargo, los analistas aún se mantienen cautelosos y esperan ver cómo se desarrolla la transición en las próximas semanas.
Esta Nota en un Tweet:
«Tres semanas pueden ser una eternidad en situaciones de espera para exportadores y proveedores. La transición del gobierno de Alberto Fernández a Javier Milei puede tener consecuencias fuertes en el mercado si no se llegan a acuerdos mínimos. Sergio Massa espera señales tranquilizadoras de Milei para evitar una salida masiva de depósitos. Milei plantea un préstamo para liberar el cepo cambiario sin hiperinflación, pero hay escepticismo en el mercado. Massa debe tomar una decisión urgente en el plano cambiario. La devaluación directa parece estar fuera del menú. La transición se complica por las reservas del Banco Central y la falta de desembolso del FMI. No hay señales claras sobre el ajuste de precios regulados. El mercado espera una apertura de la información fiscal y de deuda del BCRA. Por ahora, el mercado cripto y bursátil reacciona de forma estable y positiva ante la victoria de Milei.»