El Mundial de Qatar se ofrecerá el próximo domingo en Lusail una final entre celebridades del fútbol, el argentino Lionel Messi y el francés Kylian Mbappé, rivales en una disputa simbólica y compañeros en el Paris Saint-Germain, club propiedad del emirato árabe.
Quizás un cierre perfecto para las autoridades del millonario país del Golfo Pérsico, un clásico generacional entre la figura que ostenta el reinado del fútbol desde hace más de una década y otra llamada a heredar la centralidad en el deporte del balón número 5.
Messi, de 35 años, en busca de su primer Mundial, contra Mbappé, de 23, que defenderá el título de Rusia 2018 en la patria del poderoso empresario Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG.
El ejecutivo qatarí, amigo del emir Tamim bin Hamad Al Thani, fue quien planteó la convivencia de las dos estrellas en el club parisino como estrategia de imagen de un país que atravesaba serios cuestionamientos para la organización del Mundial de 2022.
Las sospechas de soborno para ganar la candidatura del anfitrión, que destapó un escándalo de corrupción en la FIFA, sumado a las críticas a su postura sobre derechos humanos exigieron una acción política y económica a favor de la legitimación.
Uno de ellos se saldó con la contratación de Messi por parte del PSG, entidad de Qatar Sports Investment, que a su vez es filial de Qatar Investment Authority (QIA), el organismo soberano que gestiona las ganancias del petróleo y el gas.
Durante su ciclo como futbolista del Barcelona, el argentino inició relaciones con el emirato a través de contratos de publicidad y promoción como embajador de la Aspire Academy, el centro deportivo de alto rendimiento más grande del mundo.
Al-Khelaifi, exdirector de la QIA, vio la oportunidad de avanzar en esa alianza y favorecer los intereses de Qatar cuando el Barcelona rescindió el contrato de su mayor leyenda bajo el argumento del fair play financiero impuesto por LaLiga de España.
En agosto de 2021, el ejecutivo con pasado como tenista profesional, amigo del argentino Gastón Gaudio, firmó un contrato de dos años con el capitán argentino y cerró el fichaje más resonante de la historia del fútbol.
Messi se sumó a una plantilla en la que ya estaban Mbappé y su amigo Neymar, a los que el PSG sumó en 2017 a cambio de 220 millones de euros después de que Arabia Saudí y otros seis países de la región rompieran relaciones con el emirato bajo la acusación. para proteger el terrorismo.
La tensión entre ambas figuras se convirtió en tema de agenda durante el primer año de Messi en París. «Kylian está muy contento con la llegada de Leo. Él también va a ayudar. Algunos medios buscan problemas pero no hay problemas», respondió el presidente poco después de la llegada del argentino.
El mal rendimiento del equipo y el fracaso en la Champions League generaron rumores sobre la marcha de Mbappé al Real Madrid, una jugada que estuvo muy cerca de materializarse pero que fue abortada por las presiones de Qatar y una millonaria propuesta de renovación.
«Quiero seguir ganando títulos aquí»anunció el francés en mayo de este año, abrazado por Al-Khelaifi, con una camiseta del PSG anunciando: «Mbappé 2025». La noticia fue tomada como el triunfo de Qatar a través de su «club-estado» en el mismo año de la Copa del Mundo.
En su segunda temporada juntos, ahora bajo la dirección técnica de Christophe Galtier, Messi y Mbappé muestran un mayor entendimiento sobre el césped. El francés es el máximo goleador de la Ligue 1 con 12 goles y el argentino, el principal asistente con 10.
En la Champions League esperan el cruce de los octavos de final contra el Bayern Munich de Alemania, que se realizará en febrero del próximo año.
La final de Qatar 2022 los verá enfrentarse por cuarta vez. El primero ocurrió en octavos de final en Rusia con victoria de Francia por 4-3, con doblete de Kylian, que también celebró en una serie de Champions 20/21 con global de 5-2. Mbappé marcó cuatro goles y Messi dos.
“Argentina y Brasil no juegan partidos de alto nivel para llegar al Mundial. En Sudamérica el fútbol no está tan avanzado como en Europa. Y por eso cuando miras los últimos Mundiales, siempre son los europeos los que ganan”. .»el francés presumió este año tras firmar la ampliación de su contrato en el club.
Messi buscará desautorizarlo este domingo a partir de las 12 en Lusail, día de su último partido por la Copa Mundial de la FIFA, que marcará un nuevo récord de asistencia (26) en la historia del torneo.
Con información de Telam y otras fuentes de noticias.