Rusia ha duplicado su ataques aéreos contra las posiciones ucranianas en el donbásal oriente del país, en una operación en la que habrían participado los temidos cazas S-35.
Moscú cifra en 2.000 el número de soldados ucranianos muertos en la ofensiva sobre Soledar. Por su parte, el gobernador regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, ha informado de la muerte de al menos siete civiles mientras continúa la evacuación.
El objetivo del ejército ruso es reducir la resistencia ucraniana en la parte oriental de Donetsken concreto, en la ruta entre las localidades de Soledar y Bakhmut, nudo estratégico de comunicaciones.
Su control permitiría a sus tropas avanzar hacia Sloviansk y Kramatorsk, que son las principales ciudades controladas por el Ejército ucraniano en esta región.
Mientras tanto, las autoridades rusas siguen asumiendo administración en áreas ocupadas, como Berdyanskuna ciudad de unos 90.000 habitantes en la que unos 2.500 ucranianos han recibido su pasaporte ruso desde junio, y otros 5.000 esperan su naturalización como rusos.
También continúan el trabajo de reconstrucción como en Mariúpol, una de las ciudades más golpeadas durante las primeras semanas de la invasión. Se ha comenzado a trabajar en edificios como el teatro, que fue bombardeado en marzo cuando más de 1.000 civiles utilizaron el lugar como refugio antiaéreo.
En esos días, cientos de civiles murieron en varios pueblos al norte de Kyiv, en hechos investigados como crímenes de guerra. Los restos de once de esas víctimas fueron sepultados este jueves en el cementerio de Buchadonde están enterrados más de 400 civiles no identificados.
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