El MPF (Ministério Público Federal) dio 15 días a una empresa para explicar por qué vende NFT (tokens no fungibles) correspondientes a áreas de la selva amazónica en la ciudad de Pauini, en el sur de Amazonas.
La empresa, llamada Nemus, debe presentar documentos que acrediten la supuesta posesión de 41.000 hectáreas (410 km²) en la región. Es en esta área donde la empresa dice que comercia con los activos digitales vendidos en su página oficial.
Nemus afirma que quienes compran NFT «hacen posible que la empresa se apropie de la tierra y fomente actividades económicas sostenibles».
El informe intentó contactar a Nemus, pero no recibió respuesta hasta la publicación del texto.
Los NFT certifican e indican la autenticidad de archivos digitales como ilustraciones, fotos, videos y otros. Quien tiene un NFT tiene posesión de este archivo, que se puede comprar y vender con efectivo y criptomonedas. Los NFT se hicieron famosos como certificados de propiedad de artes digitales. Los compradores de archivos vendidos por Nemus, en este caso, son llamados «guardianes» por la empresa.
También según la información difundida por la empresa, Nemus compra un «terreno amenazado en la selva tropical [na Amazônia]» y crea NFT que están vinculados a su geolocalización.
Parte de la venta de los NFT se destinaría a “pagar operaciones y compra de terrenos”. El resto del dinero se «guarda» para financiar «la actividad económica y social de la región».
El MPF determinó que la empresa también debe explicar los proyectos divulgados, cómo pretende explorar el terreno y presentar un documento que acredite la autorización de la Funai (Fundação Nacional do Índio) u otro organismo público para operar en la región.
El caso llegó al MPF a través de denuncias de líderes indígenas del pueblo Apurinã, que ocupan el territorio cercano al río Seruini y al río Tumiã. Según los informes, Nemus presionó a los indígenas para que firmaran documentos sin conocer el contenido y sin proporcionarles copias.
“Según informes de los indígenas, la empresa manifestó su interés en explorar los castañares ubicados dentro del territorio indígena, con la apertura de una pista de aterrizaje y camino entre el río Seruini y el municipio de Pauini, utilizando maquinaria pesada, pero sin dar mayor aclaraciones, documentos o autorizaciones formales de organismos públicos», dice el MPF.
Desde 2012, el pueblo Apurinã espera la finalización del proceso de demarcación de la tierra indígena. El Informe Técnico de Identificación y Delimitación está terminado, pero aún no ha sido evaluado por la presidencia de la Funai.
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Fuente: uol.com.br