El paleontólogo francés Yves Coppens, uno de los «padres» del Australopithecus Lucy, cuyo descubrimiento profundizó el conocimiento sobre los orígenes de la humanidad, murió el miércoles (22), a los 87 años.
«Yves Coppens nos dejó esta mañana. Mi tristeza es inmensa», tuiteó la editora Odile Jacob, elogiando a «un enorme sabio». «He perdido a un amigo que me confiaba todo su trabajo. Francia ha perdido a uno de sus grandes hombres», añadió.
El científico murió a consecuencia de una larga enfermedad, dijo a la AFP el editor.
Este cazador de fósiles ha asumido a lo largo de su vida la misión de contar a un vasto público la fabulosa historia del origen de la humanidad, también en constante evolución, gracias a los descubrimientos de nuevos fósiles. Inició sus expediciones en la década de 1960, en Argelia y Chad.
En 1974, Coppens llevó a cabo excavaciones en la región etíope de Afar, con un equipo internacional que incluía a su amigo el geólogo Maurice Taieb y al estadounidense Donald Johanson. Los allanamientos permitieron la exhumación de 52 fragmentos óseos. Fue el fósil de homínido más completo jamás encontrado.
Los científicos lo apodaron Lucy, en referencia a la canción de los Beatles «Lucy in the Sky with Diamonds», que solían escuchar. Eran los restos de una copia de australopithecus afarensis de 3,2 millones de años.
Al ser bípeda, Lucy fue considerada durante mucho tiempo «la abuela de la humanidad», y Donald Johanson todavía lo cree así. Pero para Yves Coppens y otros paleontólogos, es más un «primo lejano» de nuestra especie.
Coppens, quien se presentó como uno de los «padres» de Lucy, realizó otras expediciones en Filipinas, Indonesia, Siberia, China y Mongolia. Fue co-descubridor de seis homínidos.
Coppens nació el 9 de agosto de 1934 en la ciudad francesa de Vannes. Su padre era físico nuclear, pero el niño encontró rápidamente su vocación. «A los 7 u 8 años quería ser arqueólogo», dijo a la AFP en 2016.
El paleontólogo no solo se preocupaba por épocas pasadas, sino también por el futuro de la humanidad. En 2002, a petición del entonces presidente francés, Jacques Chirac, redactó la Carta del Medio Ambiente, integrada en la Constitución francesa de 2005.
Coppens confesó que todavía estaba obsesionado con uno de los grandes misterios de la evolución: «cómo era nuestro ancestro común con los chimpancés hace 10 millones de años».
El anuncio de la muerte de Coppens generó numerosos homenajes en Francia, tanto oficiales como de colegas.
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Fuente: uol.com.br