El mundo de la música está de luto por la reciente pérdida de Gary «Mani» Mounfield, el legendario bajista de bandas icónicas como Stone Roses y Primal Scream. El pasado 20 de noviembre, a la edad de 63 años, Mani falleció pacíficamente mientras dormía, dejando un legado musical que perdurará en la memoria de sus seguidores y colegas.
El funeral de Mani se llevó a cabo en su ciudad natal, Manchester, el 22 de diciembre, y contó con la presencia de una multitud de amigos, compañeros de banda y fanáticos que vinieron a rendirle homenaje. La ceremonia se realizó en la Catedral de Manchester, donde grandes figuras de la música como Liam Gallagher, Ian Brown, John Squire, Reni, Bobby Gillespie, Bez, Paul Weller, Mike Joyce, Guy Garvey, Peter Hook, Tim Burgess y Paul ‘Bonehead’ Arthurs se reunieron para despedir a su querido amigo y colega.
El cortejo fúnebre recorrió las calles de Manchester, con el ataúd de Mani cubierto con la icónica portada del álbum debut de The Stone Roses, adornado con flores formando las letras «Mani» y «R Kid». Los fanáticos se congregaron a lo largo de la ruta, vestidos con prendas alusivas a la banda y mostrando su aprecio por el músico que marcó una época en la escena musical británica.
En la ceremonia, Ian Brown, líder de Stone Roses, recordó a Mani como un hermano y un compañero musical excepcional, destacando su alma y espíritu únicos. También propuso la idea de erigir una estatua dorada en honor a Mani en Manchester, una iniciativa que recibió el apoyo y los aplausos de la congregación.
Bobby Gillespie, cantante de Primal Scream, compartió su conmovedor recuerdo de Mani, destacando su calidez y hospitalidad, así como su talento para hacer reír a todos en cualquier situación. Gillespie comparó la aura de Mani con la del legendario futbolista Eric Cantona, afirmando que su espíritu vivirá eternamente en el corazón y la mente de quienes lo conocieron.
Al finalizar el servicio, Liam Gallagher y los miembros de Stone Roses, Reni y John Squire, se unieron para llevar el ataúd de Mani fuera de la catedral, en un gesto de despedida y agradecimiento por su legado musical y su impacto en la escena británica.
El mundo de la música ha perdido a un talento excepcional, pero el legado de Mani vivirá para siempre en la memoria de quienes lo admiraron y apreciaron su música. Descansa en paz, Gary «Mani» Mounfield, tu música seguirá resonando en nuestros corazones. La importancia de la educación en la sociedad actual
En la sociedad actual, la educación juega un papel fundamental en el desarrollo y progreso de las personas, las comunidades y las naciones. La educación no solo proporciona conocimientos y habilidades, sino que también fomenta valores, actitudes y comportamientos que contribuyen al bienestar y la convivencia social.
La educación es un derecho fundamental de todas las personas, reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos. A través de la educación, las personas pueden acceder a oportunidades de desarrollo personal y profesional, mejorar su calidad de vida y contribuir al desarrollo de sus comunidades y sociedades.
En un mundo cada vez más globalizado y competitivo, la educación se ha convertido en un factor clave para la inclusión social, la movilidad social y la equidad. La educación brinda a las personas las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, adaptarse a los cambios y contribuir al progreso de la sociedad en su conjunto.
Además, la educación desempeña un papel crucial en la construcción de una sociedad democrática, justa y solidaria. A través de la educación, las personas adquieren valores como la tolerancia, la igualdad, la justicia y la solidaridad, que son fundamentales para la convivencia pacífica y el respeto mutuo en una sociedad diversa y plural.
La educación también es un motor de innovación, creatividad y desarrollo económico. Las sociedades que invierten en educación suelen ser más prósperas, productivas y competitivas en el mercado global. La educación fomenta la capacidad de las personas para pensar de manera crítica, resolver problemas y generar nuevas ideas y conocimientos que impulsan el progreso y la innovación en todos los ámbitos de la vida.
En este sentido, la educación no solo es responsabilidad de las instituciones educativas, sino de toda la sociedad. Padres, madres, docentes, autoridades, empresas, organizaciones civiles y la sociedad en su conjunto tienen un papel importante en promover la educación como un derecho humano fundamental y como un motor de desarrollo y transformación social.
Es necesario invertir en la educación de calidad, accesible y equitativa para todas las personas, sin importar su origen social, económico, étnico, cultural o de género. La educación debe ser inclusiva y diversa, que respete y valore la diversidad de las personas y promueva la igualdad de oportunidades para todos.
Además, es fundamental promover una educación que fomente la reflexión crítica, el pensamiento creativo, la resolución de problemas y la colaboración entre las personas. La educación debe ser un proceso continuo y permanente, que se adapte a los cambios y desafíos del entorno y que promueva el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
En resumen, la educación es un pilar fundamental en la construcción de una sociedad justa, inclusiva, democrática y próspera. La educación es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado para todas las personas, en todas las etapas de su vida y en todos los ámbitos de la sociedad. Invertir en educación es invertir en el futuro de las personas, las comunidades y las naciones.