Ubaldo Fillol fue en una de las fotos más emblemáticas del primer Mundial ganado por la Selección, en la Copa del Mundo disputada en Argentina en 1978. En la imagen aparecen alberto tarantiniVíctor Dell’Aquila y el propio Fillol en la denominada “abrazo del alma”. Pero había una historia detrás de esa postal y está ligada al portero argentino.
Aquel 25 de junio de 1978, una vez finalizada la final contra Holanda, disputada en el estadio Monumental de Buenos Aires, Fillol dijo que vivió una experiencia increíble en medio del éxtasis de la consagración: afirmó que Cristo se le apareció segundos antes de ese famoso abrazo.
Después de que el árbitro italiano Sergio Gonella pitara el final del partido, estalló una fiesta en el campo de River. En ese tumulto de corridas y papeles al viento, en una parte del terreno de juego, el fotógrafo Ricardo Alfieri, de la revista El Gráfico, sacó una postal que quedó inmortalizada: Pato Fillol y Alberto Tarantini, arrodillados y abrazados junto a un joven que quería compartir ese momento, que era Dell’Aquila.
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En el gráfico Titularon esa imagen «El abrazo del alma». Dell’Aquila había perdido sus brazos en 1967, cuando tenía 12 años: un cable de alta tensión los golpeó mientras jugaba en las calles de San Francisco Solano. Estuvo en coma durante varios días antes de despertar. La imagen tomada por Alfieri tiene a Fillol y Tarantini de rodillas, confundidos en un abrazo, mientras Dell’Aquila camina hacia ellos con las mangas de su suéter al viento. Una historia con una tragedia anterior que en ese momento generó una polaroid de poesía.
En este contexto, apareció Fillol. “Era el momento previo al ‘abrazo del alma’ con el Conejo Tarantini y Victor Dell’Aquila. Estaba solo. Termina la final, somos campeones, se me aflojan las piernas, caigo de rodillas, cruzo las manos, agacho la cabeza y… aparece una imagen. Y fue lo más bonito, lo más bonito y lo más fuerte que me pasó en la vida.”, dijo el portero.
Y agregó: “Eso no lo sabe todo el mundo, ahí empieza el abrazo del alma. Hay un diálogo, una imagen. fue Jesucristo. Enorme. No sé a qué hora sucedió esa cosa maravillosa, pero sucedió. Y llegó el abrazo del alma, una foto hermosa, pero no una simple foto, sino un testimonio de un momento muy especial en mi vida”.
Esa aparición tuvo un significado especial para Fillol, quien se considera religioso. De hecho, sus creencias lo llevaron a concluir que los seis goles anotados en su debut profesional en la portería de Quilmes se debieron a una intervención divina, señalando que era una cuestión de «destino» servir de aprendizaje.
Las Copas del Mundo del Pato Fillol
La historia de Ubaldo Matildo Fillol en la Copa del Mundo había comenzado cuatro años antes, en el Mundial de 1974 disputado en Alemania Occidental. Fue el tercer portero de la plantilla, por detrás de Daniel Carnevali y Miguel Ángel Santoro. Debutó en un partido que la Selección jugó a cumplir, sin chances de clasificar a la próxima instancia, ante la República Democrática de Alemania. El partido terminó 1-1, con gol de René Houseman.
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Luego, llegó el momento de lucirse en Argentina 1978, evento en el que fue uno de los protagonistas de la obtención de ese título ante Holanda y que tuvo la mancha de vivir con el dolor de vínculo que se hizo entre ese Mundial y la dictadura militar que gobernó el país en esos años. «Por fin salimos del ostracismo deportivo al que nos había llevado esa situación», había declarado el portero.
El guardameta, nacido en San Miguel del Monte el 21 de julio de 1950, sumó una tercera participación mundialista en España 1982. En esa copa no se alcanzó el nivel alcanzado como anfitrión en la última edición: las derrotas ante Italia (2-1) y Brasil (3-1) en la segunda fase hicieron que el equipo dirigido por César Luis Menotti no pudiera defender el título obtenido en casa, en el estadio de River, el mismo día que Pato Fillol vio a Jesucristo.
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Fuente: TN