Entrevista a Ana Correa por Silvina Molina
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“Ni Una Menos demostró la fuerza de los movimientos de mujeres para pedir respuestas concretas para prevenir la violencia y los feminicidios”dijo la abogada y comunicadora feminista Ana Correa, quien formó parte del grupo que impulsó la primera movilización en 2015y que a 8 años de aquel primer grito colectivo, analice los avances y desafíos pendientes que requieren cambios para la igualdad y la inclusión.
“Fue muy impactante lo que pasó en 2015. Veníamos de una seguidilla de feminicidios, había mucha impotencia de parte de toda la sociedad. Ese año hubo elecciones presidenciales, como este año, y no estaba en la agenda de cualquier candidato, ni de ningún candidato -con muy pocas excepciones- y fue desesperante, entonces cuando se supo que apareció el cuerpo asesinado de Chiara Páez, ese fue el límite”, recordó el profesional.
Chiara tenía 14 años, estaba embarazada y fue asesinada por Manuel Mansilla en RufinoSanta Fe, quien cumple condena por ese feminicidio.
El 11 de mayo de 2015, el periodista Marcela Ojeda escribió en su cuenta de Twitter: «Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales… mujeres, todas ellas, bah… ¿no vamos a alzar la voz? NOS ESTÁN MATANDO».
De ahí surgió una conversación en la red social que se convirtió en encuentros y asambleas en todo el país y que convergió en la movilización masiva Ni Una Menos del 3 de junio de 2015, movimiento que se extendió con los años a otras partes. del mundo.
“Obviamente tanta adhesión tuvo que ver con que era un grito latente, necesitábamos ser escuchados, necesitábamos un grito colectivo que diga Ni Una Menos. Ese fue el avance más fuerte. Tiene que ver con que el movimiento de mujeres aprendimos de la fuerza que tenemos cuando nos juntamos para hacer pedidos puntuales, para pedir respuestas inmediatas a los poderes del Estado”, resaltó Correa.
Jueves, se dio a conocer el nuevo informe de feminicidios de la Corte Suprema de Justicia que contabilizó 252 feminicidios en 2022.
Ese registro oficial fue uno de los reclamos de 2015.
“Era una petición muy elemental para contar las víctimas, y otra muy importante fue el apoyo legal gratuito para las víctimas de violencia de género que se convirtió en ley y que crea un cuerpo de abogados y procuradores. La verdad es que a esas alturas es bastante frustrante porque tardaron mucho en ponerlo en práctica, el gobierno anterior tardó muchos años en formar muy pocas abogadas, y durante este gobierno una parte de ellas estuvo en el Ministerio de Justicia y luego en el Ministerio de la Mujer, pero la verdad es que hoy en día las mujeres y las personas LGBT, cuando tienen una situación de violencia de género, no saben a quién acudir”, analizó la abogada.
Añadió que “Se ha demostrado que los que tienen patrocinio, en general, pueden sobrellevar mejor la situación, entonces ese fue un logro que se quedó a medias y hay que seguir pidiéndolo”.
Otro logro de estos años “fue la legalización del aborto, que pensábamos que sería imposible en Argentina, y sabemos que ya no estamos solos, que estamos en red, que podemos”.
En estos ocho años, y a través de la pandemia, se han mantenido las marchas y mítines con formatos de asambleas preparatorias en todo el país, y este año uno de los reclamos unificados son los cambios en el Poder Judicial en su actuación en casos de violencia de género y feminicidios
“Hoy el techo de cristal en la justicia es un techo de cemento. Tiene que haber una demanda muy fuerte para que se incluya la perspectiva de género en ese poder del Estado”analizó el abogado.
Y subrayó que el Tribunal Supremo “está formado por cuatro hombres, es decir, si aunque sea simbólicamente falta la perspectiva de género. En las sentencias del Tribunal nombraron recientemente la perspectiva de género en una sentencia del año pasado y gracias trabajo de las abogadas feministas». .
Al mismo tiempo, resaltó que “hay áreas de género que funcionan muy bien, como la Fiscalía de Violencia Doméstica de la Corte, la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra la Mujer (UFEM) del Ministerio Público (MPF) y la Fiscalía de Género. Comisión Nacional de la Defensoría del Pueblo, pero los cargos que definen las políticas siguen a cargo de personas que no tienen perspectiva de género”.
“Y tampoco hay perspectiva de las consecuencias, en las mujeres, niños y adolescentes, de los problemas económicos de los últimos años y la crisis de salud mental. Son víctimas de violencias a las que la justicia les da la espalda”, analizó Correa.
También consideró que «las mujeres tienen que estar discutiendo políticas fundamentales en todas partes, no solo en áreas específicas de género».
Además, la profesional consideró que un reto pendiente es tener una ley de cuidados.
“Algo muy paradójico sucede en Argentina que tiene unas leyes avanzadas, pero lo que tiene que ver con las licencias de maternidad y paternidad están entre las más bajas del mundo”él explicó.
“A veces se cree que los discursos feministas no reconocen las necesidades de los hombres, pero no es así. El movimiento contra el patriarcado es el movimiento contra la violencia donde hay asimetría de poder, donde hay maltrato”, dijo Correa.
Con información de Telam y otras fuentes de noticias.