Las fiestas tienen la virtud de involucrarnos a todos.
Santa Claus, el Dios Niño o los Magos reciben cartas de todos los niños sin distinción. En la oficina, los muchachos me dijeron, en un alboroto, lo que pedían.
-Yo quiero una Junta– me dice Fernandito.
–¡Pobre Dios del Niño, es muy caro! – Respondo.
«No compra, tiene una fábrica», dice rápidamente para calmar mi preocupación.
El tema de conversación en esos tiempos es el plan de vacaciones y los obsequios recibidos.
Julián me dijo con entusiasmo que, temprano en la mañana, encontró en el árbol de Navidad la bola de Belgrano que tanto amaba. Josefina, los patines. Los Reyes, que últimamente han estado algo abatidos, le llevaron una pistola de agua a Jero, a Matías una pistolera de Paw Patrol y a su hermana pequeña, un peluche de Pepa.
Muchos niños, incluso los que no fueron tan buenos, habrán recibido los regalos que pidieron o alguien más.
-Mire, doctor, la remera …
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Fuente: www.lavoz.com.ar
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2020-01-20 03:01:00
