En el contexto de una aceleración de la inflación que empuja al alza las demandas sindicales en la paridad, el Gobierno reunirá el martes de forma virtual las centrales sindicales y las cámaras empresariales en el marco del Consejo de Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en la apuesta de definir el nuevo piso salarial que determina los ingresos de los trabajadores fuera del convenio y constituye la principal referencia para los salarios en el sector informal.
Allí, con la previsible adhesión de la representación empresarial, el Ejecutivo buscará recrear el modelo inicialmente establecido para las empresas mixtas en el sector privado, lo que significaría activar un aumento escalonado alrededor del 32%, lo que eleva el salario mínimo actual de $ 21,600 a $ 28,500.
La propuesta oficial, sin embargo, ya encuentra objeciones dentro de la cúpula de la CGT, a lo que se suman los referentes de las dos CTA, que en la previa a la reunión del Consejo advirtieron sobre el profundo deterioro del poder adquisitivo del salario mínimo en los últimos años y presionar por mayores aumentos.
Desde el principal sindicato, liderado por Héctor Daer y Carlos Acuña, anticiparon este diario que llevarán al encuentro una solicitud de aumento cercana al 40% en dos tramos, con el fin de garantizar que el nuevo salario mínimo ronda los $ 30.000.
«El mínimo actual está totalmente desactualizado con respecto a la evolución de los precios, es necesario un nuevo salario que dignifique a los trabajadores y les permita reconstruir su poder adquisitivo», advirtió. El cronista un importante referente de la dirección cegetista, aunque no se mostró optimista sobre la posibilidad de que se impongan los criterios de la entidad. «Los empresarios no quieren lanzar un comando y se refugian en las restricciones (por la pandemia) para limitar el margen de negociación», se quejó el sindicalista.
El escenario de agravamiento de la pandemia sumado a una economía que no rebota alimentan los argumentos de los empresarios para exponer las dificultades para negociar el nuevo piso salarial. Entre las cámaras advierten de los problemas que conllevan las diferentes actividades y aseguran que esto impone severos límites para discutir incrementos en los términos que buscan los sindicatos.
A su vez, tanto de la CTA Obrera, que lidera Hugo Yasky, como de la CTA Autonómica, se distancian del reclamo cegetista y argumentan que la discusión en el Consejo Salarial debe centrarse en cómo implementar un piso salarial que permitir el costo de la canasta básica total de alimentos (CBT) para una familia típica que, según el informe difundido la semana pasada por el Indec, actualmente se sitúa en 60.874 dólares.
Lejos de esa expectativa sindical, el monto del salario mínimo, fijado en $ 21.600 desde marzo, ni siquiera cubre la canasta básica de alimentos (CBA) de $ 25.675, que determina el nivel de indigencia.
Al respecto, un reciente informe de CIFRA, el centro de estudios de la CTA para los Trabajadores, advirtió que “el pasado mes de marzo el poder adquisitivo de la renta mínima estaba un 37,5% por debajo del nivel de 2015, para volver a los valores vigentes hacia el fin del gobierno de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner tendría que saltar a $ 35,000, lo que representaría un aumento de casi el 70%«.
Te interesó este Titular?
Seguí leyendo la Nota Completa
Fuente: www.cronista.com
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-04-25 20:38:00