Tres segundos. Ese fue el tiempo que tardó un meteoro en aparecer en el cielo de Porto Alegre y desintegrarse a unos 40 km de altitud en la noche del martes (5).
El registro fue realizado a las 20:47 horas por el Observatorio Espacial Heller & Jung, creado en 2016 por el investigador Carlos Jung, quien coordina el curso de ingeniería de producción en la Faccat (Faculdades Integradas de Taquara), en Rio Grande do Sul.
El meteoro era del tipo «bola de fuego». Este tipo de fragmento espacial se caracteriza por un intenso resplandor y su extinción natural sin tocar el suelo, a diferencia de otro tipo muy similar, el bólido, que explota al final.
Para determinar qué tipo de meteoro, o estrella fugaz, como también se le conoce, se mide la magnitud aparente, es decir, el brillo del objeto tal y como lo vemos desde la Tierra.
Para que un meteoro sea considerado bola de fuego o bólido, debe tener una magnitud aparente igual o superior a -4. En este caso, el meteoro registrado por Jung fue -7.
Cuando se trata de medir la magnitud aparente, cuanto más brillante es el brillo, menor es el valor. A modo de comparación, el sol tiene una magnitud aparente de -27 y la luna llena tiene una magnitud aparente de -13.
Jung no vive de la astronomía. Su profesión no tiene nada que ver con el observatorio, que está abierto al público.
“Lo hago por ocio y para intentar mostrar a los niños y adolescentes la importancia de la ciencia. Mi zona es diferente, recibo colegios [no observatório] y creo que este contacto con la ciencia es muy importante, sobre todo en primaria y secundaria”.
El investigador dice que comparte todos los datos registrados por el observatorio con investigadores y otras partes interesadas. Es posible, por ejemplo, seguir las cámaras del observatorio en tiempo real, además de las mediciones climáticas que también realiza Heller & Jung.
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Fuente: uol.com.br