En el mundo hispano está escrito hachíspero se suele pronunciar -a la manera internacional- hachís. En estas líneas, los detalles de esta droga (curiosamente, no muy popular aquí, a pesar de que es un derivado de canabis), de la que las autoridades aduaneras acaban de incautar un cargamento de más de 17 kilos que procedían de Estados Unidos dentro de una aspiradora.
El hachís es un poderoso primo hermano de la marihuanaun derivado del cannabis cuya concentración de THC, la sustancia psicotrópica de la planta, supera (varias veces) a la de la marihuana.
Aunque se hagan con flores (el formato más «potente»), los cigarrillos de marihuana («porros», por decirlo sin eufemismos) no superan el 15% de concentración de THC.
Por el contrario, una pipa de hachís en estado puro puede llegar al 80% de concentración. Y con la sustancia adulterada (que es como suele llegar al consumidor) rondará 40%más del doble que la marihuana.
Ahora bien, ¿por qué el hachís es tan impopular en Argentina?
Antes de continuar, un dato de color.
En árabe, la palabra «hachís» significa «hierba seca». Increíble pero real, la etimología del verbo “asesinato” está directamente relacionado con él.
Se debe al apodo que los cristianos usaban en la época de las cruzadas para designar a los nazaríes, una secta de Oriente Medio activa entre los siglos X y XIII.
Como (desde el punto de vista cristiano) los nazaríes consumían hachís antes de cometer sus crímenes, sus opositores los llamaban «hashshashin» cualquiera «asesinos”. Es decir que el «asesino», entonces, era ese «adicto al hachís».
Particularidades del hachís y la marihuana
Tanto la marihuana como el hachís se fuman (los que hayan visto unas pipas diminutas hechas a mano en un puesto de feria ya sabrán para qué sirven…).
Pero la diferencia más evidente entre estas drogas es que la marihuana se elabora con un «picado» de las partes secas de la planta, mientras que el hachís se basa en la resina de cannabisque luego da como resultado una masa compacta, similar a un trozo de cera.
Es lo que los expertos llaman «concentrado» de cannabis. Usando las palabras de carlos daminjefe de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina (UBA) y de esa unidad en el Hospital Fernández, además de director de FundarTox, “el hachís tiene un porcentaje mucho mayor de cannabinoides, que son los principios activos de la planta”.
“La planta de marihuana tiene unos 400 químicos, de los cuales unos 80 son psicoactivos. De esos productos, el hachís es el más rico en cannabinoides”, afirmó.
Por qué el hachís no es muy popular en Argentina
Según Damin, «el hachís ha entrado en Argentina en ocasiones, pero aquí no se ha comercializado mucho».
Esto tiene que ver con varios factores, dijo: “Uno de ellos es el tema del procesamiento. Aquí no se produce droga. La droga normalmente entra por otro lado, aunque puede ser que se termine alguna etapa”.
Así, “mientras la marihuana se hace fuera y ya está prensada, lista para consumir fumándola, el hachís requiere un proceso químico que poco se hace en esta área”.
“Sin embargo, hay personas que lo traen esporádicamente. Quienes lo adquieren y lo consumen muchas veces terminan en el hospital, ya que, al tener una concentración alta, los efectos son más potentes y también más visibles”, aclaró el médico.
Los problemas de consumir hachís
Damin dividió el efectos del consumo de hachís en función del tipo de consumidor: el esporádico, por un lado, y el habitual, por otro.
«En el momento agudo del consumo, el hachís produce una gran cantidad de distorsión de la realidaduna distorsión sensorial y de la percepción sensorial: el tiempo se alarga, los colores y los olores se intensifican”, enumeró.
Además, prosiguió, “hay una sensación de relajación y bienestar, que se acompaña de risas desmotivadas, sin sentido, con alteración del pensamiento y del juicio en el momento del consumo”.
¿Otros efectos? “Aumento del apetito y sensación de sequedad en boca y garganta. Además, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria. y uno mayor ansiedad e insomnioacompañado de un estado de alerta”, señaló.
Cuando la cantidad consumida es directamente tóxica, “se pueden producir alteraciones cardiacas y distorsiones de la realidad hasta el punto de generar accidentes incontrolables”.
Aunque Damin apuntó que «es raro que el hachís o la marihuana causen la muerte (incluso en casos de intoxicación aguda), a largo plazo se ven enfermedades indeseables, como diversas enfermedades respiratorias: EPOC y tos y bronquitis crónica», que por supuesto puede conducir al cáncer de pulmón.
¿Otros posibles cambios a largo plazo en los consumidores regulares? Los “trastornos neurocognitivos, además de los psiquiátricos, especialmente en aquellos que tienen alguna afección de base”.
Y súmale los cambios hormonales ligados al consumo frecuente de estos fármacos: “Por ejemplo, en el recuento de espermaen el hombre, y en ciclo menstrualen la mujer».
Finalmente, está el problema de la dependencia. “Además del alcohol, estas sustancias pueden ser una puerta de entrada a otras drogas. El más duro. Las que generan más riesgo.
mg
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Fuente: Titulares.com