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Pedro Solbes, el sabio tranquilo que pilotó la transición al euro

La trayectoria personal y política de Pedro Solbes, fallecido hoy a los 80 años, estuvo siempre ligada a la economía, a Europa y a la ciudad de Bruselas, donde muchos recuerdan hoy al comisario serio, sereno y afable que contribuyó en las distintas etapas de construcción de la moneda única y pilotó con entusiasmo la fase final de la transición, aquella Nochevieja de 2002 en la que los cajeros automáticos de doce países europeos dejaron de repartir pesetas, francos, liras o marcos para repartir relucientes billetes en euros.

Nacido en Pinoso (Alicante) en 1942, tras licenciarse en Derecho y Ciencias Políticas, Solbes se trasladó a Bélgica para estudiar Economía Europea en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas, carrera que marcó el perfil de su carrera. Diez años después de su entrada en la administración pública, en 1978 regresa a Bruselas para trabajar como asesor comercial de la Misión Española ante las Comunidades Europeas. La España posfranquista tenía claro que su objetivo era Europa y Solbes, que en 1982, como secretario general técnico del Ministerio de Economía, formó parte del equipo negociador para la adhesión a la Comunidad Europea, participó en muchas de las reuniones y batallas políticas que hizo posible la entrada en 1986.

Aunque tenía fama de riguroso, sorprendió que en 1999 un español ocupara la cartera de Economía en la CE

Entre 1985 y 1991 fue Secretario de Estado para las Comunidades Europeas con los Gobiernos de Felipe González, con quien también ocupó las carteras de Agricultura (1991-1993) y Economía (1993-1996). En las elecciones de 1996, que dieron la victoria al Partido Popular, Solbes fue elegido diputado y se le asignó la presidencia de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE. Pero su regreso a Bruselas estuvo cerca. En aquellos años, antes de la entrada en vigor del Tratado de Niza, los países más grandes de la UE tenían derecho a dos comisarios y en 1999, al mismo tiempo que Loyola de Palacio (PP), Solbes era nombrado comisario de Economía en el equipo presidido por Romano Prodi.

Aunque tenía fama de riguroso por su trabajo en la última etapa como ministro de Economía con González, cuando España consiguió estar entre los primeros países autorizados para adoptar el euro, la cesión de esta cartera a un español causó sorpresa en un momento cuando se había acuñado el despectivo término Club Med, precursor de los PIGS, para referirse a los países del sur que debían permanecer un tiempo fuera de la unión monetaria”, recuerda el periodista Bernardo de Miguel en el libro ‘¿Qué está pasando?’.

A pesar de su complejidad, la operación de transición al euro físico fue un éxito

Desde Bruselas, con su eterno aire de sabiduría y su carácter sumamente afable, Solbes capitaneó la recta final de la transición al euro, el adiós a las monedas y billetes de peseta y otras monedas centenarias. Semanas antes del hito, el 1 de enero de 2002, durante la cumbre de Laeken, el comisario mostró emocionado a los corresponsales europeos los primeros billetes en euros junto a su portavoz y fiel escudero, el griego Gerassimos Thomas, quien bromeó diciendo que los había obtenido gracias a contrabandistas del Pireo. .

Aunque supuso un gran reto logístico, la operación, coordinada desde Bruselas y Frankfurt con una decena de países, fue un éxito. Todo salió bien. Los europeos resultaron ser menos nostálgicos de lo esperado y mucho antes de que finalizara el período de transición en el que las monedas nacionales y europeas pudieran convivir, ya habían dejado atrás las pesetas, liras y francos en favor del euro.

«Fue un gran hombre, y muy amable, un gran comisario que contribuyó a la construcción de la unión económica y monetaria» y las bases de la política presupuestaria europea, recuerda en conversación con la vanguardia Gerassimos Thomas, con quien trabajó en 1993 durante la presidencia española de la UE cuando se cerró el acuerdo final para la adopción del euro y convenció al Reino Unido para que lo firmara. “Más allá de su aportación a Europa, fue un gran reformador en España”.

Solbes se enfrentó a Berlín y París por su negativa a acomodar la aplicación del pacto de estabilidad a sus necesidades

Resultó que la fama de ortodoxo que precedía a Solbes cuando llegó a Bruselas estaba bien merecida: su negativa a flexibilizar la aplicación del pacto de estabilidad en 2003 porque, lamentablemente, era Alemania la que registraba un déficit público superior al sacrosanto -y arbitraria- la cifra del 3% lo enfrentó al Gobierno de Alemania. El comisario español se negó a acomodarlo a las necesidades de los grandes y defendió con uñas y dientes la aplicación rigurosa de este instrumento. Berlín y París se salieron con la suya: el Ecofin cedió a sus deseos y suspendió la aplicación del pacto en un ambiente de desprecio por las recetas presupuestarias de Bruselas. A pesar de que poco después se acordó una versión suavizada del pacto, la señal política que quedó fue que la disciplina presupuestaria era un concepto muy relativo, fuente de muchos problemas posteriores para el euro.

En 2004, con la vuelta del PSOE al poder, a pocos meses de finalizar su mandato europeo, Rodríguez Zapatero lo reclamó en Madrid y Solbes repitió como ministro de Economía, pero con rango de vicepresidente. Llegó a España con la economía en su apogeo, pero el estallido de la burbuja inmobiliaria no tardó en empañar el panorama. En 2008 la crisis financiera internacional asestó un golpe a la economía mundial que en un principio no solo fue difícil de medir sino también de comunicar. Ahora, en Bruselas, se sentó al otro lado de la mesa, entre los representantes de países sospechosos de causar más daño al euro.

Sánchez, que llegó al Congreso cuando se jubiló Solbes, evoca su «ejemplo de compromiso con España y el proyecto europeo

Tras haber sido un referente económico del Gobierno de Zapatero, su percepción de la crisis no era la misma que la del presidente y, tras no pocos momentos de tensión, en su segunda legislatura le sucedió Elena Salgado. En septiembre de 2009 renunció al acta de diputado y se despidió para siempre de las responsabilidades públicas y de la política.

Se da la circunstancia de que la salida de Solbes hizo correr la lista del PSOE al Congreso, lo que permitió la entrada de un joven diputado llamado Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno. «Hoy es un día triste para la familia socialista», ha lamentado Sánchez tras conocer el fallecimiento de Solbes, a quien ha definido como «un estadista entregado al servicio de su patria y a la defensa de los valores socialdemócratas» así como «un ejemplo de compromiso con España y el proyecto europeo».

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